Elvia acaba de dejar a su nieto en el jardÃn de niños. Alta, delgada, de piel tostada por el sol y el entrecejo marcado; de vestir sencillo, pero con una fortaleza cual acero templado, el ajetreado dÃa apenas comienza para ella.
De ahà toma el camión para trasladarse a su primer destino: la empresa de transporte donde trabaja realizando la limpieza de las oficinas. Ella es dicharachera y alegre, con amor por la vida, sin miedo, va tomando como viene el dÃa a dÃa.
Luego, continúa Elvia sus labores en un negocio de comidas. Se convierte en cocinera y es ahà donde la encuentro preparando un bistec, para más tarde acudir todavÃa a otra "chamba" para realizar el aseo en una casa.
En lo que sazona el bistec y le menea al arroz, permite entrever su corazón y me cuenta cómo fue que perdió a uno de sus dos hijos, papá de ese nietecito que dejó en el kÃnder por la mañana.
Ese dÃa, su hijo estaba de visita en casa de un amigo y pasaron en un coche a balear la propiedad, lo confundieron, dice Elvia...y desde ese momento se llevaron un pedazo de su corazón.
La vida nunca será igual para ella. Pero ese pequeño ser que algunos dÃas tiene a su cargo, la hace renacer, le recarga el alma y la impulsa a seguir adelante para cuidarlo, guiarlo y dejarle un gran ejemplo. La mamá del pequeño, cuenta, tiene otra pareja y otro hijo más y sin los recursos necesarios es difÃcil llevar los gastos.
Elvia no se detiene, tiene sueños, como toda mujer, esperanza y fe en "el de arriba", desea una vida digna para su nieto y hacer de él un buen ciudadano con un mejor futuro, ya que en el barrio donde habita no es fácil el ambiente; hay pandillas, se mueve droga y no hay seguridad.
No importa que el camión se tarde, no importa soportar un dÃa muy soleado o un frÃo que le parta los huesos; no importa si no le fue bien en su trabajo, si es de dÃa o ya se hizo muy tarde, ella siempre mira hacia adelante.
Para ti mujer, cualquiera que sea tu oficio o profesión, ejecutiva, ama de casa, que luchas cada dÃa pese a las circunstancias, que dejas tu ser en lo que realizas, a ti, mi admiración.
Hija, madre o abuela, que muchas veces te olvidas de ti por darle vida a los que te rodean, no te olvides en el DÃa Internacional de la Mujer de quién eres tú y qué guardas en tu corazón, mujer.