“Los más notorios fanfarrones suelen ser los mayores cobardes”, Jean Jacques Rousseau.
López Obrador no atraviesa un bache notorio, pero sí se consolida un leve desgaste que ha sufrido durante el último mes. Los datos de SABA Consultores correspondientes al pasado lunes lo confirman, a través de sendas series que empeoran los promedios en aprobación, calificaciones altas y calificaciones bajas. Quienes favorecen el desgaste son, como es habitual, los de más estudios y quienes no reciben apoyos sociales. Los que menos lo hacen son principalmente por los de menos ingresos, los de menos estudios, los de más edad, y por supuesto, los perceptores de dichos apoyos. La calificación general también completa una serie por debajo de su media, y aquí es importante señalar la advertencia negativa que el Presidente recibe en calificaciones bajas. Es decir, y resumiendo, se desanimaron un poquito sus seguidores y sus detractores aumentaron, también levemente, su inquina.
En cuanto a los aspirantes a competir por la Presidencia en 2024, hay novedades tanto en la 4T como en la oposición. La evolución de los datos de Marcelo Ebrard, que en esta ocasión roza la advertencia favorable como preferido entre los seguidores de Morena, le han colocado en solitario como el mejor posicionado de cara a encabezar la candidatura. Sería, como hemos comentado en otras ocasiones, el mal menor, y así lo ven sectores que no necesariamente simpatizan con Morena, pero aceptan la falta de alternativas. En el lado de la oposición, se produce un fenómeno curioso: el protagonismo reciente de Anaya y Alito les ha proporcionado avisos positivos en preferencias, pero al mismo tiempo alertas negativas en rechazo. Parece que hay quienes reciben con alborozo la beligerancia de ambos, sin tener en cuenta las dudas sobre su honestidad. Otros, en cambio, seguramente por esto último, deben estar deseando que se aparten para dar paso a alguien que no tenga cola que le pisen.
Se mantiene, por tanto, Andrés Manuel, con un notorio respaldo, pero es claro que sus últimas actuaciones no han despertado entusiasmo alguno. Si atendemos al “Top of mind” de acontecimientos, veremos que los dos hechos que resultaron más relevantes para los mexicanos fueron la detención de Caro Quintero y la reunión con Biden. Sobre todo lo primero, debería haber motivado reacciones favorables, pero como casi siempre después del fogonazo de luz dominaron las sombras. En primer lugar, la dramática muerte de catorce efectivos que habían participado en el operativo, de la que se han dado pocas o ningunas explicaciones. En segundo término, los dimes y diretes de la participación de la DEA, y la negación de la misma por parte de AMLO.
Sin embargo, es inevitable pensar en la correlación entre la visita a Biden y la detención del narco, y en que de algún modo las presiones de EEUU hayan tenido algo que ver. Asistimos ayer a la última ridiculez de AMLO a cuenta del desacuerdo de los socios del TMEC con su política energética, poniendo en la mañanera la canción “Uy, que miedo”. Qué bien se le da al señor Presidente el toreo de salón, aunque sea a costa de convertir sus comparecencias en esperpentos. No tuvo tantos bemoles para negarse a la inversión de 1500 millones de dólares en la frontera que le ordenó su homólogo estadounidense. Al final, México pagará el muro, sea de ladrillo o de billetes. Eso sí, le pidió al tío Joe regulaciones para los migrantes mexicanos, las mismas que la 4T no aplica en su frontera sur. Consejos vendo, que para mí no tengo. En resumen, delante del gringo, poquito, y en las mañaneras fanfarronadas. Permítanme una expresión muy conocida en la fiesta brava: los cojones, con el toro, no en el salón de tu casa.
Se mantiene Andrés Manuel López Obrador con un notorio respaldo, pero es claro que sus últimas actuaciones no han despertado entusiasmo alguno.
21/07/2022
