La venganza de Fernando VII

Adolfo González

NAVEGANDO A ESTIMA
Es muy mala seña que Claudia Sheinbaum replique las maneras y las necedades de Andrés Manuel López Obrador.
06/08/2024

“El patriotismo es cuando el amor a tu propia gente es lo primero. El nacionalismo, cuando lo primero es el odio a los demás”, Charles de Gaulle.
 
En este verano caliente, en todos los sentidos, acontecimientos políticos de gran calado, tanto a nivel nacional como internacional, ocupan la actualidad. La semana pasada hablamos de ello, en particular de dos personajes que delinquen en distintos campos: Maduro y el Mayo Zambada. En ese contexto, y como en ausencia de los monitoreos de SABA Consultores no podemos saber cómo está reaccionando la opinión pública, merece la pena hacer un repaso lo más somero posible de la situación, en general, de México. Así al menos podremos analizar y sacar conclusiones de las actuaciones de las autoridades, entrantes y salientes, porque esas sí que las conocemos.
 
Veamos. Las instituciones cada vez se encuentran más colonizadas por el nuevo partido dominante, mediante la cooptación y la progresiva eliminación de contrapesos. Los ataques al poder judicial continúan, se pretende la desaparición de organismos autónomos, e incluso la separación de poderes está en el alambre. Los medios de comunicación (y los propios comunicadores) que pretenden ser críticos o independientes son continuamente amedrentados sin rubor alguno desde el púlpito de las mañaneras, que continuará protagonizando Claudia Sheinbaum, supongo que por su comprobada utilidad. Y lo que es más importante: para poder presentarse a diario como víctimas, tal como comprobaremos después. Qué decir de la política interior… La inseguridad es galopante, a todos los niveles, desde el narcotráfico hasta la delincuencia común. Hay áreas donde el control del territorio es nulo, como se demuestra en Chiapas. Los gringos operan en suelo mexicano sin conocimiento del gobierno, y puede que a pesar de éste, pero no por las razones que debiera, y no digo más. En política exterior, no hay reacción ante las injerencias de Estados Unidos y las amenazas de Trump. Tanto en la frontera norte como en la sur, la política migratoria es un fracaso constante. Y la actualidad más sangrante son las vergonzantes dudas frente a la crisis venezolana, que casi alinea a AMLO junto al sátrapa que todavía se mantiene en Caracas.
 
La economía está en plena desaceleración. Pemex toca fondo en ingresos y techo en deuda. El crecimiento del PIB vuelve a quedarse corto. El empleo informal crece y se estrecha la base fiscal. El peso cae en picado, con un erario público exhausto a pesar de la liquidación de los fideicomisos, y la deuda sigue aumentando. La sociedad está dominada, de un lado, por la polarización y la crispación ante el desacuerdo, y de otro, por la desafección y el conformismo político. Los necesarios programas sociales, que deberían ser una inversión a futuro, se reducen a un mero gasto enfocado en la dependencia y no en el desarrollo. La cultura, otrora brillante, vive malos tiempos, como fruto probable de un sistema educativo trasnochado cuyos resultados hablan por sí solos. Y que se mantiene porque interesa seguir propagando la ignorancia y la fatalidad. Para qué hablar del deporte, donde los atletas mexicanos han de sobreponerse a la falta de apoyos y al desprecio de sus dirigentes. En fin, no está todo lo que es, pero en esta brevísima relación sin duda es todo lo que está, a falta de quizá lo más importante: la burda utilización del nacionalismo, que por cierto fue seña de identidad del PRI más conspicuo. Y cuando el recurso al adversario interior no da el ancho, se recurre al enemigo externo. Pero no, por ejemplo, al vecino del norte, de afrentas más recientes y de plena actualidad. En esta ocasión, Claudia Sheinbaum acude a un viejo cliché: España debe disculparse por ser responsable de cuantas desgracias sufre México.
 
El solo hecho de que sea el recurso distractor habitual debería hacer reflexionar, basta con tener en cuenta todo lo mencionado en los anteriores párrafos. Por supuesto que, en cuanto a la Historia, puede haber distintas perspectivas, pero su uso político es como mínimo sospechoso. No es este el espacio para un análisis al respecto. Sin embargo, como español, me veo obligado a revelar lo que muy pocos saben. Cuando México se independizó, Fernando VII, el rey felón, preparó su venganza: un caramelo envenenado a largo plazo, una bomba con retardo, una jugada maestra. Sin duda urdido todo por los, como es sabido, eficacísimos servicios secretos de la España en descomposición del siglo XIX, se preparó genéticamente durante décadas el nacimiento de un niño del destino. Fue en los remotos valles de las montañas cántabras, y cuando tuvo edad para ello, en 1907, anticipándose a la Revolución mexicana, viajó escondido hasta Veracruz. Allí, siguiendo órdenes de Alfonso XIII, embarazó a Úrsula González, la nueva Malinche, y trajeron al mundo a Manuela Obrador. La cual, uniéndose al traidor López Ramón, alumbró a Andrés Manuel. Ni la viruela, ni el exterminio, ni los frailes llegaron a tal crueldad. Lo que les mandamos, con retraso, fue al abuelo de AMLO, y ahora sufren las consecuencias de esa plaga. Eso sí que merece pedir disculpas, y yo, como español, lo hago en nombre de todos mis compatriotas.
 
Ahora ya otra vez en serio: ojalá la presidente electa Sheinbaum se deje de mamadas y se ponga a jalar, y a gobernar, que se ocupa. Es muy mala seña que replique las maneras y las necedades de su predecesor. Y esto no es una cuestión de orgullo nacional, para lo que, como español, me sobran los motivos. Es cuestión de que no nos sigan tomando por pendejos, en ninguna de las dos orillas del Atlántico. La verdad es que dudo mucho que ese cuento victimista, agitado por enésima vez después de doscientos años de independencia, capte mucho la atención de los ciudadanos, más allá de lo que les quede de los nocivos efectos de la SEP. Sinceramente creo que México, como nación, debe dejar de mirar hacia atrás con ira, y centrarse en el presente para construir el futuro. Tarea, como hemos visto, hay de sobra. Mis muy queridos mexicanos, no se dejen manipular de un modo tan grosero.

adolcafe@yahoo.es



ADOLFO GONZÁLEZ reside en España, y es analista político especializado en la interpretación de la metodología de Saba Consultores de medición de la opinión pública. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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