“La lealtad que no permite cuestionar es fanatismo disfrazadoâ€, George Orwell.
Hace pocos dÃas, Ernesto Zedillo denunció una vez más la deriva autoritaria de los gobiernos de la 4T. Ni es el primero que lo hace ni faltan voces que lo secunden, entre ellas la de quien humildemente escribe, pues llevo defendiendo esa tesis hace años. Parece que la respuesta desde los púlpitos de Palacio Nacional ha consistido, básicamente, en una falacia ad hominem, es decir, la descalificación por el mero hecho de quién dice algo, y no por lo que dice en sÃ. Ciertamente, todo el proceso de demolición institucional a cargo de AMLO, y que parece continuará con Claudia, se basa en denunciar que la “democracia†del PRI (o del PRIAN) era ficticia. Menudo descubrimiento del hilo negro. El problema es que los tÃmidos avances en la desconcentración del poder que se dieron en las últimas etapas neoliberales, virtud que se debe reconocer sin dejar de señalar sus fallas, están siendo, en efecto, eliminadas una por una por esta transformación que llaman la cuarta.
Yo pienso de todo este proceso que vivimos que es una regresión. Y que, pese a todos los defectos habidos entre finales de los 80 y 2018, los progresos en acercar ligeramente a México a lo que debe ser una democracia son innegables. Pienso también que la reacción a ello, por más que se engalanara preocupaciones sociales, vino del interior del viejo PRI, como de ahà vino primero el PRD y después Morena. PriÃstas todos de hueso colorado, Andrés Manuel el que más de todos. Los dinosaurios del poder omnÃmodo de la dictadura perfecta vieron amenazadas sus prebendas, y de aquellos barros están viniendo estos lodos. Repasen ustedes la lista de integrantes de la 4T y reconocerán al PRI más conspicuo, desde el Bartlett de la caÃda del sistema hasta el propio López Obrador, en una infinita relación que nos podemos ahorrar.
Ni el PRI fue nunca verdadera izquierda, ni siquiera en sus momentos más icónicos y mÃticos (y si no recuerden Tlatelolco o el Corpus), ni lo es la 4T. Aunque la mona se vista de seda. Eso no implica decir que la solución esté en una izquierda clásica, únicamente digo que la izquierda mexicana, de la Revolución a hoy, ha sido reprimida o cooptada, incluyendo la sindical. Acusan desde el movimiento que ahora detenta el poder al neoliberalismo de no generar riqueza y de dejar atrás a los más pobres. Parece que para remediar tal daño la solución es dotar de nuevo al ejecutivo del extremo poder del que gozó en otros tiempos, sin que, claro, nada garantice que ese poder no se vuelva a usar de forma espuria. Sin contrapesos, y viniendo de donde vienen, es lo mÃnimo que podrÃa pasar.
Pero, por ejemplo, en cuanto a riqueza y empleo, hagamos que hablen algunos datos. Y que hablen por el gobierno, que es el que los proporciona, para que asà nadie nos acuse de difundir bulos o de otras monsergas parecidas tan de moda. Es una máxima del derecho administrativo que ningún organismo público puede ir en contra de algo que haya reconocido. Se llama principio de los actos propios, y creo que debe servir tanto para lo hecho como para lo dicho. Según el propio IMSS, en diciembre del pasado año México experimentó la pérdida de más de 400 mil empleos formales. La pérdida más grave para un mes de diciembre desde que se tienen registros. En este mes de abril los empleos perdidos han sido 47 mil y pico, en este caso la cifra más alta en el cuarto mes del año desde 2009 si no consideramos la pandemia. No es que Zedillo sea santo de mi devoción, pero en cuanto a economÃa parece que lo de “primero los pobres†no está funcionando muy bien. Se va a reducir la jornada laboral, buena noticia, pero claro, para quien pueda trabajar. Porque si trabajan cada vez menos mexicanos y menos horas es ocioso decir lo que va a pasar con la productividad.
En materia de seguridad, la evolución favorable de los últimos meses se ha interrumpido, según datos también emitidos por la propia administración de Sheinbaum. SABA Consultores, que cada lunes publica un monitoreo basado en esos datos, nos informó de que fueron 388 los homicidios dolosos registrados la pasada semana, dos más que la anterior. Cada uno de ellos son personas, con nombre y apellidos, y no números, y que se haya refrenado la tendencia previa a la baja es inquietante, porque permite vincular el fin de la buena evolución con un posible ablandamiento de las polÃticas de seguridad. Asà se entrevió en afirmaciones de Claudia Sheinbaum, y asà puede desprenderse de la extrema lentitud en la aprobación de medidas de seguridad pública, en lo que los medios han llamado “caracol legislativoâ€. Por fin el Senado dio el visto bueno a la Estrategia Nacional de Seguridad. Veremos cómo funciona. Y estaremos atentos no tanto a cómo se repartan los porcentajes de abrazos y de balazos, sino a si realmente mueren menos mexicanos en circunstancias violentas, que es el que debiera ser el objetivo.
Tengo muchas dudas en economÃa y en seguridad, y ambas cosas guardan entre sà más relación de la que parece, porque donde hay necesidad hay inquietud, donde no hay harina todo es mohÃna. Y porque de momento, y lamentablemente, la trayectoria de la 4T ha consistido en crear la necesidad (más de la que hay hubiera) y después venir con supuestas soluciones de compromiso. Genera más pobreza y después viene con su “primero los pobres†repartiendo subsidios y construyendo clientela. Como en su dÃa señaló Ortega y Gasset, el ser humano es demasiado estúpido para agradecer que alguien le evite un mal, y precisa retorcerse de dolor para después dar las gracias al causante del mismo por tener la benevolencia de dejar de provocárselo. Lo mismo, dicho de modo más cruel, es la llamada “Metáfora de Stalinâ€: primero se despluma a la gallina y después se le ofrece maÃz. Se lo comerá sin rechistar. Me doy cuenta de que otra vez he logrado no hablar de Trump, pero para ello he tenido que hablar de Zedillo. De entre lo malo, es mejor evitar lo peor. El retroceso democrático de México es una evidencia. No maten al mensajero por decirlo.