“Es imposible que un hombre aprenda lo que cree que ya sabe”, Aristóteles.
Cuentan los anecdotarios taurinos que a mediados del pasado siglo un puntillero era conocido por el sobrenombre de “Jesucristo”. Para los profanos en la materia, un puntillero o cachetero es el subalterno que remata al toro con una especie de pequeño puñal, para acelerar la muerte del animal tras la estocada. El personaje mencionado no destacaba por su destreza, y cuentan que cuando aplicaba la puntilla a los toros, lo que hacían era levantarse en una especie de resurrección. Así que tales poderes curativos del tal “Jesucristo” le valieron tan irreverente apodo. Aunque parezca extemporánea, esta historieta viene al caso a cuenta de los datos recabados por SABA Consultores el pasado lunes sobre la actualidad política mexicana. Porque una oposición que parecía más muerta que viva, de repente está levantando cabeza y resucitando en torno a Xóchitl Gálvez, y tengo para mí que uno de los motivos ha sido la arremetida de AMLO contra ella, que ha tenido un efecto parecido a las puntillas del poco afortunado subalterno taurino mencionado.
Repasemos los datos. En primer lugar, el propio Andrés Manuel, a pesar de que mantiene sus promedios en aprobación y desaprobación, registra un inesperado batacazo en la calificación media, al grado de alerta negativa. Cierto que causada, de un lado, por una alerta de idéntico signo en las calificaciones bajas, es decir, un aumento de sus malquerientes. Pero no conviene olvidar que las calificaciones altas descienden casi hasta la advertencia, en un signo de desánimo por parte de su amplia, pero poco consistente, legión de seguidores. El otro aviso, también negativo, para el presidente, se produce en el indicador de peores políticos. Mientras tanto, y paralelamente, Xóchitl Gálvez repite alerta favorable en la interna del frente opositor, adquiere cierta relevancia en el “Top of mind” de aspirantes, y roza el aviso positivo, con suave pero consistente tendencia al alza, en intención de voto. El PAN, que hasta hace bien poco languidecía a consecuencia de sus conflictos internos, ha encontrado un balón de oxígeno y repunta en identificación. Finalmente, el frente opositor repite alerta positiva en intención de voto por partidos. Los respaldos que propiciaron dichas variaciones son bastante coincidentes: los de más estudios, los detractores de AMLO, quienes no perciben apoyos, e incluso en alguna ocasión, sobre todo en cuanto al desgaste del presidente, los más jóvenes y la clase media. Conviene añadir que, en el “Top of mind” de acontecimientos, el único concepto que aparece en los primeros puestos, aparte los de la inseguridad, es una entrevista a Xóchitl Gálvez.
Cierto es también que Morena presenta una vigorosa alerta favorable en el rubro partidista, y completa en ese mismo indicador una serie por encima de su promedio, si bien en este caso cabe relacionarlo con la intensa labor propagandística y la movilización que propician las “corcholatas”. Y también es cierto que, a pesar de la moderada irrupción de Xóchitl, las distancias con respecto, por ejemplo, a Sheinbaum, en un hipotético cruce electoral, siguen siendo amplísimas. Eso, por más que ustedes lean aquí y allá los diversos artificios que presentan las encuestas/propaganda que afirman que Claudia lleva ventaja sobre Ebrard, cuando persiste un empate técnico, o que Xóchitl pisa los talones de la ex jefa de Ciudad de México. Ambas cosas son inciertas. Lo que sí parece cierto es que el frente opositor, de estar clínicamente muerto y sin rumbo, ha pasado a al menos mover bastante la patita. Si el puntillero que rige los destinos de México, especialista en la confrontación, sigue interviniendo, quién sabe si no logre la resurrección definitiva. Tomen nota.
