“La primera responsabilidad de cada ciudadano es cuestionar a la autoridad”, Benjamin Franklin.
He sabido en días pasados, entre el asombro y la inquietud, que Netflix ofrece como servicio a sus usuarios una “chimenea virtual”, es decir, tener en la televisión la imagen de un fuego chisporroteante. Dice textualmente su publicidad: “Transforma tu televisor en una chimenea y haz de tu hogar un lugar más cálido y acogedor”; “olvídate de azuzar el fuego y de limpiar el hollín”; “déjate hipnotizar”. Entre otras lindezas. Más allá de lo que supone que quizá miles (o millones) de usuarios acepten tal disparate en sustitución de una lumbre caliente real, no puede dejar de pensar en con qué poco nuestras sociedades se están conformando para aceptar la realidad más jodida a cambio de un simple trampantojo o del engaño más evidente. Empezando, por supuesto, por la situación política. Déjense hipnotizar, que ya dijo Paco Ignacio que mientras tanto se la andarán metiendo doblada. Como decían los latinos, “O tempora, o mores” (¡qué tiempos, qué costumbres!).
Lo anterior va más allá de lo anecdótico. Observando la medición de SABA Consultores del pasado lunes, tras el paréntesis navideño, la primera conclusión es que las cosas siguen más o menos igual. La aprobación y desaprobación de AMLO permanece estable. Su calificación media se recupera tras el aviso previo, también como suele ser su dinámica en ese indicador. Hay, en la interna de Morena, una tendencia a la baja de Claudia, y una advertencia positiva para Marcelo, pero ambos movimientos obedecen a impulsos ya atisbados en mediciones anteriores, es decir, no guardan una relación directa con acontecimientos recientes. El desafecto hacia ambos no se movió, y, por otra parte, aún no se deshace el empate entre los dos punteros. Lo mismo sucede con la ya notoria caída de la identificación con Morena, que proviene de hace cosa de un mes. Sobre esto último, Mario Delgado debiera preocuparse, porque afrontará la próxima elección sin su “jugador franquicia” en la boleta, que es Andrés Manuel, y las disensiones internas se van a ir haciendo cada vez más evidentes.
Todo ello parece querer decirnos que los acontecimientos de las últimas semanas no han afectado para nada a las dinámicas previas. Y vaya si hubo acontecimientos notorios, desde la tesis plagiada de Yasmín Esquivel, hasta la derrota que supuso para AMLO la elección de Norma Piña. Lo vertiginoso de la difusión de las noticias, que es el sentido primordial de la metodología de SABA, quizá haya desplazado de la memoria ciudadana el asunto de la Suprema Corte. Pero en el “Top of mind” sí que dominan claramente hechos como la detención de Ovidio Guzmán y los sucesos consecuentes, o el accidente del metro en Ciudad de México. De lo primero, que constituye un claro éxito de la tantas veces vacilante política de seguridad, cabía esperar un beneficio para AMLO, pero no hubo tal. De lo segundo, un desgaste mayor para Sheinbaum, pero tan solo se mantuvo la tendencia.
En conclusión, parece que, a pesar de realidades como la situación económica o la política exterior (servil con el poderoso y arrogante con el débil), el bucle de la paradoja continúa, y una mayoría sigue aceptando, pasivamente, el pacto con la 4T a cambio de apoyos sociales. La versión corregida y aumentada del clásico “dame pan y llámame tonto”. No frivolicemos con esto, ya tenemos aquí dicho que el que esté libre de pecado para dar de comer a sus hijos, que lance la primera piedra. Pero, como dijo Franklin, la dejación de funciones es responsabilidad de todos. Nadie está escapando a la gran estafa, pero se puede elegir entre seguir hipnotizado por el fuego de la chimenea o tomar cartas en el asunto. Aún es tiempo.
A pesar de los escándalos recientes, la situación económica o la política exterior una mayoría sigue aceptando, pasivamente, el pacto con la 4T a cambio de apoyos sociales.
11/01/2023