Héctor Guerrero

Lanza AMLO toda la fuerza del estado para desacreditar y desprestigiar al aparato de justicia y a los propios jueces en estos tiempos electorales, para tratar de ganar votos.

Lo que nos ha quedado claro hoy es que al régimen actual no ve ni oye a las mujeres, no por discapacidad visual o auditiva, sino simplemente porque no quiere.

El presidente López no es ni siquiera la sombra de un liberal. Las acciones y los hechos definen al hombre y lo que hace el mesías de Macuspana es saludar con la izquierda y manejar con la derecha.

Hay dos cosas graves, la primera es que la Auditoría o es incompetente, o recibe línea desde el Palacio. Sin duda el daño está hecho, afecta su credibilidad y la hace candidata a la desaparición.

Estamos ante un régimen estatista, centralizado, como en el pasado, en donde el estado es el interventor de toda actividad económica prioritaria en el país, como en los tiempos de Echeverría y López Portillo.

AMLO no entiende que su proceder en la pandemia, ha costado decenas de miles de muertos en esta pandemia y hay muchas seguidores que le siguen aplaudiendo.

El gobierno de López Obrador apuesta por energía sucia y cara y su odio a todo lo que tiene que ver con la iniciativa privada.

Basta con hacernos una pregunta ¿Hoy conozco a alguien que haya fallecido por Covid?, para darnos cuenta que hoy más que nunca se siente que la pinza se cierra sobre nosotros.

Lo que debemos cuestionarnos es ¿Por qué la mentira flagrante le sigue funcionando a AMLO?

Una vez más desde Palacio Nacional se quiere engañar a la gente de la forma más vil y perversa, haciéndose la víctima de un monstruo que él mismo ha creado, que solo existe en su imaginación.