Héctor Guerrero

LOS TOCABLES
La incapacidad de las democracias liberales para ofrecer soluciones efectivas a problemas como la corrupción, la violencia y la desigualdad ha creado un terreno propicio para el surgimiento de liderazgos autoritarios.


* La postura de Claudia Sheinbuam no es clara es más bien ambigua frente a Estados Unidos. Mientras defiende una narrativa de resistencia en el discurso interno, sus acciones podrían alinearse con la política de sumisión de la 4T. 


Claudia debe gobernar bajo la sombra de su predecesor mientras intenta demostrar su propia capacidad de liderazgo. 


El panorama para este año es obscuro, pero no definitivo. La organización ciudadana, el fortalecimiento de la oposición y un periodismo valiente serán cruciales para contrarrestar los abusos de poder.


La situación actual de Pemex y el STPRM es que, hoy por hoy no van de la mano, pero desde hace mucho que no hay liderazgo.


La pugna por el control y las acusaciones de corrupción en el Senado han transformado el paisaje político en un campo de batalla dejando al descubierto las grietas de Morena.


Este cambio parece ser un mensaje de como Donald Trump habla en serio sobre el endurecimiento de la política estadounidense hacia México, con implicaciones que van más allá de la diplomacia tradicional.


Tanto Trump como Sheinbaum utilizan tácticas que recuerdan a líderes como Perón o Chávez: control sobre las instituciones, polarización política y la construcción de enemigos externos como distracción de los problemas internos.


Es imperativo recordar que una relación bilateral exitosa no puede construirse sobre amenazas unilaterales y concesiones unidireccionales. Si este es el inicio de la estrategia diplomática de Sheinbaum, imagínense lo que vendrá.


La administración Sheinbaum continúa avanzando en una estrategia de centralización del poder que elimina cualquier instancia de vigilancia independiente.


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