El año 2020 lo terminamos apantallados, todos nosotros tuvimos que adaptarnos a la tecnologÃa y vivir pegados a una pantalla -y lo queramos o no- este año se perfila para ser muy parecido al anterior, al menos en cuanto al uso de la tecnologÃa.
Y es que la mayorÃa de nosotros nos levantamos y acostamos con el celular en la mano, pues con él tomamos clases en lÃnea, hacemos pagos, pedimos el taxi, la comida, hacemos el súper y por supuesto vemos nuestras series favoritas.
Sin embargo, el uso desmedido de este aparato lejos de juntar a las personas y a las familias las está separando, pues estar al pendiente de nuestra vida virtual afecta nuestra vida real.
Y no estoy diciendo que debemos de ignorar las notificaciones, pero el hecho de sacar el celular cuando estamos con familiares o amigos resulta incómodo e irrespetuoso. Es muy molesto para las personas que en ese momento están compartiendo su tiempo con nosotros, que le pongamos más atención al celular que a ellos. Es como si les dijéramos: "mi vida digital es más importante que la vida real y en ella estás tú".
Tampoco estoy planteando que nos alejemos completamente de la conexión, sino que la mantengamos bajo control, pues de acuerdo al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el uso excesivo del celular puede tener terribles consecuencias, por ejemplo la nomofobia -trastorno siquiátrico de adicción al teléfono celular- puede generar desde malestares en articulaciones, ojos, huesos y oÃdos hasta insomnio, depresión y ansiedad.
Se suponÃa que internet tenÃa como objetivo mejorar las relaciones interpersonales, pero al parecer, hace todo lo contrario porque gran parte de la población se mantiene aislada mientras está conectada.
Ahora la gente le tiene miedo a la intimidad, evita las conversaciones difÃciles y no soportan los silencios ni las pausas. Incluso hay quienes se dedican, literalmente, a pasar memes a sus contactos de whatsapp (qué divertido). Y no, la gente ya no lee ni periódicos, ni libros.
Las pantallas y el internet son una barrera, una forma de evasión, una adicción y un escape a esa cercanÃa que no se quiere, no se puede, o no se sabe tener, porque la vida real puede ser un auténtico aburrimiento, pero mi vida online intentará demostrar lo contrario.
Y no todo es malo en el mundo del internet, pero si conviene estar más atentos y enfocados en lo que en realidad importa. Como dicen por ahÃ, nada con exceso todo con medida.
Hasta la próxima
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