Vaya situación que vivimos; AMLO, Trump y Maduro, son tres poderosos delincuentes, que amenazan con hundir a sus respectivos pueblos en un profundo hoyo negro y peludo.
El que está más acotado es Trump, pero con solo recordar el Capitolio aquel 6 de enero de 2021, y su clara resistencia a reconocer una derrota, pensar en una guerra civil no es una exageración. Por fortuna, todo indica que Kamala Harris será la horma de sus zapatos.
Maduro ya amenazó con un baño de sangre en caso de perder las ya próximas elecciones, donde todo indica ganará la oposición. Por fortuna, una voz poderosa, la de Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brazil, desde la izquierda, ya le advirtió que si pierde se deberá ir a chingar a su madre.
En México hemos tenido un Mega Fraude Electoral del Bienestar, oficializado por el mismísimo Tribunal Electoral. Esto es, ¡es oficial!, y en lugar de estar calladitos y avergonzados, AMLO y los suyitos quieren mamar y dar de topes, agandayándose el Congreso con la sobre representación, dejando en pelotas a los partidos de oposición. El puñales de Noroña ya ha advertido a los ministros del TRIFE, que el que a hierro mata a hierro muere, pero los ministros pasarían a ser los más grandes pendejos de este mundo, si solitos se ponen la soga al cuello, pues el Plan C, que implícitamente le estarían dando a AMLO, para lo primero que se usaría es para destruirles sus vidas, y no solo en sentido figurado.
Así las cosas compañeros. Los pinches loquitos andan alborotados. Las batallas que se están librando no son entre izquierdas y derechas, ni conservadores contra liberales, sino entre la razón y la locura.
Pronto sabremos en qué paran las misas; ojalá no llegue la sangre al río.