Muy extenso será el legado de una gran mujer y jueza, Ruth Bader Ginsburg, tanto en Estados Unidos como en México, no sólo por su trabajo, sino por la grandeza de su persona.
Apreciada y respetada por abogadas, académicas, activistas y mujeres mexicanas, se le rinde homenaje póstumo por su trayectoria en la Suprema corte de Estados Unidos (a la que ingresó en 1993), pero sobre todo por la valentía de aventurarse en un círculo judicial de hombres y mantener firme sus convicciones y su perspectiva de mujer solidaria con todas las mujeres.
Ginsburg (o RBG, como cariñosamente se le llamaba) no terminará esa trayectoria con su fallecimiento, pues creo que su ejemplo de vida seguirá inspirando a muchas generaciones de mujeres por venir.
“Esa mujer menuda, esa abogada filosa, serena y luminosa representa todo lo que hoy más nos hace falta. Valentía desde la templanza; convicción férrea desplegada con puntería fina y mesura abundante; profundidad formidable y ligereza deliciosa”, afirma Blanca Heredia (elfinanciero.com), investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Agrega Heredia que RBG “luchó contra un sistema legal completo que discriminaba a las mujeres alegando protegerlas, y tuvo que hacerlo desde una cancha profundamente dispareja”.
A partir del 23 de septiembre se le rendirá un homenaje de cuerpo presente en la sede de la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos en Washington, DC, pero no bien inicia su funeral público cuando la batalla por la vacante que ella dejó se desató entre republicanos y demócratas.
Sin la menor sensibilidad o pudor, el Presidente Donald Trump trata de apresurar el proceso de designación de la nueva jueza que ocupe esa vacante, sin esperar a que pase la jornada electoral de noviembre y se vea quién será el próximo Presidente de los Estados Unidos.
La acción es de tan baja calidad moral que despliega un espectáculo político vergonzoso con la declaración de Mitch McConell, líder de los republicanos en el Senado, al afirmar que votarán ellos a favor de quien proponga el Presidente Trump.
Por eso, reitera Heredia que “la pérdida inmensa que representa la muerte de RBG es especialmente costosa para los Estados Unidos en el momento presente. Su partida deja un vació moral e intelectual gigante”.
No me sorprende que desde México se le rinda homenaje. Las batallas que libró RBG abrieron un sendero en las mentes y espíritus de incontables mexicanas.
“Contra viento, marea, tormentas y sexenios, existen muchas abogadas en México que hoy están continuando esa brecha que en su momento fue trazada por gente como Ruth Bader Ginsburg. Y mientras ese flujo de historias insistentes continúe latiendo, algo de esperanza queda en los pasillos de los tribunales”, escribe Kalycho Escoffié (animalpolítico.com), directora del Centro de Derechos Humanos de la Facultad Libre de Derecho de Monterrey.
“Si se ganó el cariño y la admiración de tanta gente no fue únicamente por las posturas que defendía, sino porque al momento de deliberar casos relativos a cuestiones de género (desde discriminación en la contratación laboral hasta interrupción legal del embarazo), millones de estadounidenses se sintieron representadas en los debates”, agrega Escoffié.
“Por decirlo de algún modo, al entrar al máximo tribunal de su país las dejó pasar con ella. Esa es la fuerza de la representación”, concluye la abogada mexicana.
La capacidad de dar voz a las mujeres que no la tenían, la intención de abrirles la puerta del más alto tribunal para que “pasaran con ella”, como bien dice Escoffié, fue una virtud tan grande de la juez Ginsburg que trascendió fronteras.
La matrícula de las carreras de Derecho en las universidades mexicanas se ha llenado de jóvenes mujeres que transformarán profundamente la práctica de la abogacía en México, la conformación de juzgados comunes, juzgados de Distrito y altos tribunales.
Es una tendencia irreversible, una ola que promete sacudir desde sus cimientos a una profesión y a las estructuras jurídicas formadas a imagen y semejanza de los hombres.
Y en todo ello, la figura diminuta, pero moralmente gigantesca de RBG, será una fuente de inspiración para muchas mexicanas. Descanse en paz.
