¡Mejor 200 días!

Rogelio Ríos

MIRADA AL MUNDO
10/03/2019

En mis tiempos de corredor aficionado activo, allá en la lejana juventud, siempre preferí la media distancia, alcanzar el mayor kilometraje posible con mi capacidad física, que las carreras de velocidad. El hermoso Bosque de Tlalpan al sur de la CDMX fue testigo de innumerables corridas en medio de sus árboles y senderos que me transportaban a un pequeño Nirvana chilango.

Aprendí de esas corridas que lo veloz, lo inmediato, lo que hay que analizar y darle forma cuando está a la vista, es siempre un asunto traicionero al juicio, un pantano en donde fácilmente podemos atascarnos en busca de respuestas rápidas y evaluaciones sobre las rodillas (“bomberazos”, como se les conoce en el argot). Sólo la carrera larga me daba la serenidad necesaria para reflexionar. Me volví desde entonces enemigo de las prisas.

¿100 días de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador? Puedo dar una opinión, por supuesto, pero les diré que mi meta desde el arranque del presente sexenio fueron los primeros seis meses, digamos los 200 días, para empezar a tener una idea más clara de lo que estaba pasando.

¿Por qué? No creo que 100 días sean un corte preciso para evaluar seriamente a una administración pública que apenas arranca. La tentación de extender una opinión, sin embargo, es demasiado grande para cualquier periodista, por eso creo que sí es relevante dar ahora una fotografía de lo que puede o no puede venir en el futuro inmediato.

Mi fotografía va más en el sentido de lo externo que de lo interno, es decir, de lo que nos espera del mundo para México, una variable que definitivamente está fuera de nuestro control:

1)    ¿Qué viene de USA? El arranque de las precampañas presidenciales desde hace semanas, la depuración de posibles candidatos y, sobre todo, la definición de una plataforma Demócrata para el 2020 hace que “el tema México” (las caravanas, la migración, drogas, El Chapo, las armas que llegan al país, las calificadoras, la legalización de la mariguana que podría incluso discutirse en Texas -of all places- este mismo año)  juegue, independientemente de lo que quieran los mexicanos un papel importante en la carrera electoral. ¿Seremos alfiles o peones en el tablero de ajedrez demócrata-republicano? Tenemos un buena estrategia de protección al migrante recientemente expuesta por el Secretario Marcelo Ebrard que se aplicará a través del trabajo intenso del Servicio Exterior Mexicano, pero ¿qué más va a hacer AMLO para apoyar el plan de Ebrard? ¿Está plenamente consciente el Presidente mexicano -¿se lo han recalcado sus asesores y funcionarios del área?- de que una actitud pasiva ante Washington (el Washington de Trump) es una invitación abierta a la hostilidad y al manejo negativo de la imagen de México como carta electoral? ¿Cuándo irá AMLO por primera vez como Presidente a Los Ángeles, Nueva York, Houston, San Antonio, Atlanta, para “hacer campaña” entre las comunidades mexicanas a favor de una imagen positiva de México? ¿Por qué no lo hizo en estos 100 días? ¿Por qué el Presidente no viaja el exterior?

2) Los conflictos entre países con armamento nuclear como el actual entre Paquistán-India y Corea del Norte-Corea del Sur, además de Corea del Norte-Estados Unidos, más el anuncio del Presidente ruso Vladimir Putin del desarrollo de nuevos y poderosos misiles en Rusia y su postura de reiniciar la carrera armamentista con Washington al retirarse estadounidenses y rusos de los actuales tratados de desarme nuclear, son para poner los pelos de punta a cualquiera.
Si las potencias reviven la carrera armamentista de la Guerra Fría y los conflictos regionales elevan el riesgo de una crisis con armas nucleares, a México no le queda más remedio que elevar la voz para condenar esa carrera y a los involucrados, tal como lo demanda nuestra tradición anti-armamentista. No he escuchado mucho sobre eso en la opinión pública mexicana, no es tema de debate y parece como si ignorar la cuestión nos “blindara” contra los riesgos. No nos engañemos: será un tema obligado para AMLO definir posturas en los siguientes 100 días, incluso si ello lo enfrenta a Trump.

3) Sobre el conflicto venezolano, me parece que se discutió y analizó suficientemente la postura de México (“Cien días de soledad” le llamó el analista y ex diplomático Enrique Berruga), la cual no ha rendido los frutos esperados. Considerando el nudo en el que se ha convertido Venezuela y su conflicto interno, se explica esa falta de resultados porque nadie más (el Grupo de Lima, la presión de Washington, el Secretario Luis Almagro en la OEA) ha logrado nada. Maduro se aferra al poder a cualquier precio, el opositor Guaidó se apoya en Trump y los venezolanos sufren cada día más el deterioro de su nación. La pregunta es si, a la luz de los hechos, México alterará o no su curso diplomático y cambiará su estrategia, a qué costo y bajo cuáles circunstancias. El acercamiento a la comunidad venezolana exiliada en México podría proporcionar claves para un mejor entendimiento de la situación interna en esa nación; por lo menos con los venezolanos en Monterrey (donde resido) no se ha intentado.

4) Si bien las remesas provenientes de Estados Unidos alcanzaron una cifra récord en 2018 al superar los 30 mil millones de dólares, no es posible que el Gobierno mexicano cuente con un panorama similar para el presente año. Hay signos de una desaceleración económica norteamericana, su guerra comercial con China empieza a cobrar el precio y el ciclo de crecimiento económico que tanto a ha beneficiado al Presidente Trump (cortesía de Barack Obama) parece llegar a su fin. Hay voces en el Congreso y en los sindicatos automotrices estadounidenses que piden una mayor revisión del T-MEC (otra vez) negociado con la anterior administración mexicana. ¿Se ha preparado el actual Gobierno mexicano para tal eventualidad? ¿Cuenta ya AMLO con el relevo de Ildefonso Guajardo, el negociador estrella de Peña Nieto, que lleve a buen puerto una posible renegociación comercial? ¿Será Jesús Seade el nuevo “Golden Boy” del equipo negociador comercial mexicano?

Vaya, reviso lo escrito y percibo más preguntas que respuestas, pero no se me ocurre cosa para estos primeros 100 días que compartir con ustedes mis interrogantes.

En términos beisboleros, como le gustan a AMLO, apenas va el Gobierno mexicano rumbo a la mitad de la temporada, sus mejores pitchers siguen frescos, no se les ha cansado el brazo y siguen tirando rectas de 90 millas, pero sus bateadores estrella aún no logran, lamentablemente, sacarla del cuadro.

Como buen estratega, “El Peje” sabrá a quién y cuándo enviar de relevo a la caja de bateo, pues sin un bateador oportuno no hay pitcher que aguante siquiera siete entradas contra el poderoso team USA y su aguerrido coach Trump con su inseparable cachucha roja.

Nos vemos mejor en 100 días para otro recuento.



ROGELIO RÍOS estudió Relaciones Internacionales y es periodista de opinión sobre México y el mundo.  Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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