AMLO, Bibi y Trump

Rogelio Ríos

MIRADA AL MUNDO
Andrés Manuel López Obrador, Benjamin Netanyahu y Donald Trump encarnan a los políticos que el poder purifica recibir sobornos, desviar recursos públicos, defraudar a sus propios gobiernos o traicionar la confianza de los ciudadanos.
18/11/2022

Hubo un tiempo no muy lejano en la política mexicana en el cual la acusación de “¡Corrupto!”, dirigida a un gobernante o político llenaba de indignación al señalado y daba mucha visibilidad pública a quien acusaba. No importaba si el susodicho era investigado o no por las autoridades (generalmente, no lo era), sino el gesto espectacular de una acusación flamígera.

En 2022 esa acusación ya no causa la indignación de quien la recibe. Quizá hemos arribado a una etapa diferente de la cultura política en la que la corrupción de los políticos que se exhibe a la luz ya no es obstáculo para permanecer en el poder y seguir haciendo carrera política.

Increíble, ¿verdad? Ahora, las acusaciones de corrupción ni siquiera son negadas por los destinatarios, más bien, responden con burlas, evasivas y la descalificación tajante de quienes los acusan.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) proviene de la cultura política tradicional, recordemos que el PRI fue la cuna que lo meció hasta que se apartó de ella. El lema de campaña primordial en su carrera por la presidencia de la República, en 2018, fue la frase de que “el principal problema de México es la corrupción”.

El testimonio público de la periodista Elena Chávez (en su libro “El Rey del Cash”), en donde ella revela la extensa red de financiamiento ilícito a la que recurrió AMLO desde su puesto como Jefe de Gobierno de la CDMX y, posteriormente, para sustentar con dinero en efectivo sus tres campañas presidenciales, no llenó de indignación, si no de burla, al señalado como eje central de la red de dinero ilícito.

Ninguno de los señalados en el libro ha negado públicamente lo que ahí se les imputa, todos ellos partícipes en los mismos delitos. Ninguno, empezando por el Rey, ha presentado su renuncia ni se abrieron investigaciones judiciales en torno a sus personas y grado de involucramiento. Nada de eso sucedió, sólo respondieron con burlas y descalificaciones a la periodista.

No es únicamente un mal mexicano. Durante esta misma semana surgieron más ejemplos de la impunidad que da la corrupción a manos llenas y de gran escala, es decir, a magnitudes industriales.

El martes 15 de noviembre anunció Donald Trump su intención de pelear la candidatura de su partido a la Presidencia e Estados Unidos. Dijo públicamente que él era una “víctima” de la cacería de brujas en torno suyo.

Sobre Trump pesa más de una docena de causas judiciales penales y civiles, el catálogo es extenso: incitación al asalto del 6 de enero al Capitolio, retención de documentos públicos en su casa de Florida, manejos financieros ilegales de la Organización Trump, interferencia electoral en Georgia, por nombrar algunos.

La corrupción ética de Donald Trump como servidor público y empresario está a la vista y, hasta el momento, él no ha pisado la cárcel. Al contrario, su carrera política sigue adelante. En cada presentación pública repite que es una víctima del sistema, la cacería de brujas, etcétera.

Por otra parte, Benjamin “Bibi” Netanyahu regresó al foro público como Primer Ministro de Israel al ganar, el 1 de noviembre, las elecciones apoyado por una coalición de extrema derecha y ultra ortodoxos. Es el mismo político acusado formalmente de soborno, fraude y abuso de confianza, cuyo juicio empezó en mayo de 2020.

Es difícil imaginar que Bibi no use su elevado cargo de Primer Ministro para desestimar los cargos en el juicio. Acusa a sus adversarios políticos de lanzar acusaciones falsas en su contra para acabarlo en el terreno político. Sí, suena como AMLO y Trump.

La ética del gobernante está por los suelos. Recibir sobornos, desviar recursos públicos, defraudar a sus propios gobiernos, traicionar la confianza de los ciudadanos, todo se vale, total, el poder purifica a los cínicos: sólo resta decir “pero hay un Dios que todo lo ve”, como las abuelas.

Rogelio.rios60@gmail.com 



ROGELIO RÍOS estudió Relaciones Internacionales y es periodista de opinión sobre México y el mundo.  Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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