Una de las consecuencias imprevistas de la llegada del coronavirus y del encierro domiciliario que trajo consigo para las mujeres mexicanas fue tener que, literalmente, “convivir con el enemigoâ€.
Diversas voces dieron la alerta en la sociedad civil desde el comienzo de la epidemia: la violencia familiar se incrementará al tener que quedarse muchos hombres en casa, ya sea porque trabajan desde ahà o simplemente por estar desempleados o en paro temporal.
No habrá tregua para las mujeres: tendrán que convivir con sus hombres violentos todo el dÃa y todo el tiempo que dure la pandemia.
Hay un factor adicional que complica las cosas. Lo resaltó Nathalie Henderson en una columna reciente para el diario El Sol de Sinaloa: las condiciones de las viviendas en México donde los integrantes de la familia deben permanecer los próximos 30 dÃas, las 24 horas, son limitadas.
Del total de viviendas en México, el 41.2% cuenta con dos dormitorios; el 32.1% con un dormitorio; el 20.3% con tres dormitorios y el 6% con cuatro o más dormitorios.
Además, el 24.4% no cuenta con drenaje, es decir, no hay un sistema para disponer de las aguas utilizadas en el excusado, el fregadero y la regadera.
“Esto quiere decirâ€, escribe Henderson, “que al menos 16 horas al dÃa de las que se destinen para realizar actividades escolares, laborales y domésticas se deben desarrollar en viviendas con un promedio de 1 a 2 dormitorios para al menos 3 o 4 personas que integran la familia en promedioâ€.
Durante el tiempo de la cuarentena, “los dormitorios se convierten en oficinas, escuelas, centros de recreación, sitios de descanso, salas de televisión, donde puede haber diversión, enseñanza, entretenimiento, golpes, riñas, discusiones con motivo de la convivencia entre las diferentes actividades que desarrollan las y los integrantesâ€.
En Nuevo León, Aldo Fasci, Secretario de Seguridad, dijo recientemente que, normalmente, en los meses de calor se incrementan los casos de violencia familiar y delitos sexuales, pero que, debido a la pandemia, ambos fenómenos se están adelantando.
En ese mismo estado, la FiscalÃa Especializada en Feminicidios y el Instituto Estatal de la Mujer reportaron un alza del 35% en delitos contra la mujer.
Tras la convocatoria de las autoridades a la población para que permanezca en casa, el delito de violencia familiar aumentó casi al doble.
“Hoy por responsabilidad sanitariaâ€, escribe Henderson, “todas estamos en casa, pero para algunas representa el sitio más vulnerable donde se pueden quedar ellas y las menores que las acompañan, donde, lejos de aislarse de la violencia, la tienen que vivir las 24 horas del dÃa durante al menos un mesâ€.
No por nada consideran en la Organización de las Naciones Unidas que el coronavirus golpea tres veces a las mujeres: por la salud, por la violencia doméstica y por cuidar a los otros.
Dubravka Simonovic, relatora especial de la ONU sobre violencia contra la mujer, lo expresó con toda claridad:
“Para empeorar las cosas, las restricciones de movimiento, las restricciones financieras y la incertidumbre generalizada envalentonan a los perpetradores y les proporcionan poder y controles adicionalesâ€.
Recordemos que 73% de las viviendas en México no cuentan con más de dos dormitorios, los espacios son limitados y la convivencia difÃcil.
Si bien quedarse en casa es una protección contra el coronavirus, por otra parte, es también un terreno fértil para el incremento de la violencia familiar.
Al darse a conocer el 30 de marzo la declaración del estado de emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor en México, muchas mujeres tendrán que padecer la violencia familiar por lo menos hasta el 30 de abril, fecha cuando se revisarán los avances contra el coronavirus.
Fuera de casa, el virus; dentro de casa, los golpeadores, ¡qué dilema!