Contrario a lo que se esperaba, el PRI en el Congreso local apoyó a Movimiento Ciudadano para continuar con el proceso que pudiera terminar con la destitución de Jaime Rodríguez, el gobernador de Nuevo León.
La pregunta inmediata que surge es ¿por qué este partido apoyaría un proceso cuyo principal beneficiario es Samuel García?
Porque independientemente de lo que suceda, pero principalmente si El Bronco fuese destituído, quien podrá cantar victoria es el senador por NL y el resto de quienes lo apoyen solo podrán ser comparsas en ese proceso.
Así es que la pregunta surge, ¿por qué el PRI en el Congreso querría ser comparsa de Samuel?
Lo único que se me ocurre es que esta sea una jugada a varias bandas de Francisco Cienfuegos, el coordinador priista que sueña con ser alcalde de Monterrey y en un caso dado, candidato a gobernador por su partido.
PRI y PAN ya se dieron cuenta de lo rentable que puede ser tener un gobernador sin mayoría en el Congreso local, ya que ese gobernador resulta débil comparado con los alcaldes emanados de esos partidos, de ahí que, por ejemplo, preferirían a un Samuel sin mayoría de diputados, que a un Adrián o un Zeferino con mayoría.
Tendrían un margen de maniobra que de ninguna manera les daría un gobernador con mayoría legislativa, su espejo son los actuales gobernadores y el gobierno federal.
Así pues, el PRI, o más bien Cienfuegos, optó por apoyar a Samuel porque él sale ganador en cualquieer caso y fortalece al rival de su compañero de partido, Adrián de la Garza, para posicionarse en el próximo proceso electoral, ya sea que vaya por Monterrey o, si los astros se le alinean, estar listo para ser candidato a gobernador.
No es una estrategia descabellada, tampoco es una mala estrategia, de hecho resulta bastante inteligente porque mata varios pájaros de un tiro, se presenta como un defensor de la legalidad ante los ciudadanos, puede negociar con Movimiento Ciudadano y se pone en primera fila de su partido con posibilidades de dar una zancadilla al puntero de su grupo, el hoy alcalde de Monterrey.
En caso que no le alcanzara para más, está preparando la posibilidad de una alcaldía fuerte con un gobernador débil, lo que sería una opción por demás interesante para Cienfuegos, quien ya ha demostrado habilidad en eso de hacer política de varias bandas.
A ver con qué jugada le responden sus compañeros de partido y sus adversarios políticos.