Mi pecado favorito 

Juan Palacios

APOTROPAICO
Distinguidos miembros de Morena desbordan arrogancia, sienten que realmente la gente votó por ellos. No entienden que fue el carisma y la habilidad de otro lo que les llevó a donde se encuentran.
06/08/2025

El personaje interpretado por Al Pacino en la película “El abogado del diablo”, dice en algún momento del film, “Vanidad, mi pecado favorito” haciendo referencia al hecho de que, gracias a este, resulta fácil manipular a los seres humanos. 

Como si estuviéramos viendo la citada cinta, se presentan ante nuestros ojos ejemplos cada vez más claros de lo que los griegos llamaban hybris. Por supuesto destacan los viajes realizados por distinguidos miembros del actual partido hegemónico, aunque no necesariamente de quienes son afines a la presidenta Claudia Sheinbaum, sino al grupo de aquellos que ven en YSQ a su líder y guía moral. 

Se presentan ante los ciudadanos en una actitud retadora como si nadie tuviera derecho de llamarlos a rendir cuentas de lo que hacen. Gritando a voz en cuello que ellos no son iguales que los anteriores y que tienen derecho a vacacionar sin importar que tales vacaciones estén muy por encima de lo que puede disfrutar el pueblo bueno. Olvidan aquello del pueblo pobre y el gobierno rico.

Aducen también que quienes los critican hoy, ayer hicieron mutis ante situaciones similares a las criticadas. Olvidan oportunamente que el triunfo de su partido tuvo como base la crítica a una clase política que dejó de tener contacto con quienes decían representar. 

La arrogancia los desborda, sienten que realmente la gente votó por ellos, sin entender el entorno que les permite disfrutar de posiciones políticas con las que en otros momentos no podrían haber siquiera soñado. No entienden que fue el carisma y la habilidad de otro lo que les llevó a donde se encuentran. 

Quizá el caso más patético de hybris del que hayamos sido testigos es el del llamado “dato protegido”, que por un arrebato de soberbia llevó a una diputada a ser la burla de las redes sociales, en donde hasta un recuento de lo que cuesta cada una de sus prendas de vestir y accesorios se lleva con la finalidad de hacer ver la diferencia entre sus gastos e ingresos y sus supuestos ideales y principios. 

Al inicio del affaire la diputada posteó que como amiga podría tener defectos, pero que como enemiga era perfecta, todo un arranque de arrogancia y soberbia con el cual deseaba aplastar a la ciudadana que la criticó en redes sociales. A los pocos días de iniciar la petición de perdón ordenada por el TEPJF, pidió paz aunque sí, lo hizo con un tufo de la arrogancia que parece la caracteriza. 

Quizá quienes hoy están en lo alto del poder, no han caído en cuenta de lo que parece un cambio en la forma en que la presidenta Sheinbaum se quiere presentar ante el pueblo y en poco tiempo les toque entonar el tango que habla de la vergüenza de haber sido y del dolor de ya no ser. 

No creo que falte mucho para que seamos testigos de cómo algunos personajes que hoy viven mareados por el poder, sean borrados de la actividad política y puede ser que hasta entiendan por qué la vanidad es el pecado favorito del propio diablo… al menos en la película. 

jpalacios@mobilnews.mx



JUAN PALACIOS es educador de profesión, periodista por vocación. Editorialista en La Moneda, ABC, El Porvenir y Radio Alegría.

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

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