Se dice que Porfirio Díaz, antes de abandonar el país dijo: Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de EUA. Hoy se dice que geografía es destino para señalar más o menos lo mismo.
Por razones geográficas gran parte de la economía mexicana, independientemente del TLC y próximamente T-MEC, gran parte de la economía de nuestro país está ligada a la de EUA.
Desde hace años se ha querido diversificar el intercambio económico y se han firmado tratados con medio mundo, pero seguimos casi donde mismo.
En este contexto, no extraña que se busque abrir la puerta a un mercado como China y que Marcelo Ebrard esté en ese país tratando de estrechar lazos económicos. Se piensa que así como algunos países de Sudamérica se beneficiaron del crecimiento chino, nosotros podríamos hacerlo.
Se olvida que Argentina y, sobretodo Brasil, se beneficiaron algún tiempo de tal crecimiento, vendiendo materias primas, pero en cuanto se desaceleró la economía del país asiático, de inmediato inició el declive económico de ambos países. En otras palabras, dependieron de la venta de materias primas cuando éstas pasaron por un periodo de precios altos. Nada más, no crearon nada.
Peor aún para nosotros, ellos no están tan ligados geográficamente a EUA y no se encuentran tan cerca de las áreas estratégicas de este país.
Si no queremos creerlo, deberíamos aprender de una lección que tuvimos no hace mucho, durante la presidencia de EPN, quien "coqueteó" con China los primeros años de su gobierno.
Como bien lo dice George Friedman, cuando EUA ve afectados sus intereses, no requiere siquiera de intervenir en un país como el nuestro, basta con desestabilizarlo, o a su gobierno.