Manuel González vive un momento decisivo en su carrera política, va a ser inhabilitado como funcionario público, con el estigma que eso conlleva y, como consecuencia, destituido de su cargo en cuanto, y en caso de que, se apruebe el dictamen de la Comisión Anticorrupción del Congreso local.
Seguramente esa inhabilitación dará fin a una carrera política que en su juventud inició Manuel desde arriba y que ha tenido altos y bajos, incluyendo la gubernatura del estado, así haya sido como suplente.
Le tocará pagar la cuenta, entre otras cosas, porque cuando sucedieron los hechos él era el gobernador mientras Jaime Rodríguez era aspirante a candidato independiente.
Además de ello, Manuel ha sido quien ha dado la cara y se ha puesto los guantes un día sí y otro también en el pleito con los diputados locales. El de Jaime con Samuel García es otra cosa.
El aún secretario general de Gobierno de Nuevo León ha perdido tres amparos solicitados ante distintas instancias, el último fue dado a conocer ayer y notificado al Congreso por parte del Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa.
Por su parte, la resolución que suspende la ejecución de las sanciones determinadas por el Congreso, dictada en principio por el exmagistrado Eduardo Medina Mora y sostenida por el ministro Juan Luis González Alcántara, protege solo al Bronco, si es votada a favor, se aplicará de inmediato su inhabilitación para ocupar cargos públicos y con ello su destitución del cargo.
Por su parte, Jaime Rodríguez continuará en su cargo como gobernador hasta en tanto se resuelva el Incidente de Suspensión en la Controversia Constitucional 310/2019.
Así es que la fiesta está por terminar para Manuel y le tocará pagar la cuenta.
Esperemos que, como lo hacía un amigo que ya no se encuentra entre nosotros, pegue con los nudillos en la barra y pida la última y pregunte, ¿qué se debe?