En Estados Unidos en mayo de este año había 5,9 millones de desempleados y 11,5 millones de vacantes, en otras palabras, a nuestro vecino del norte le hacían falta casi 6 millones de personas para ocupar los puestos laborales que se ofrecen.
Esta situación puede generar varias respuestas por parte de las empresas, ya que ante la falta de trabajadores quizá van a tener que invertir en el desarrollo de tecnologías que les permita ocupar menos personal, aún y cuando puedan requerir profesionales con altas calificaciones en algunos puestos.
Por otra parte, pudiera ser que las propias empresas empujen al gobierno estadounidense a ofrecer más visas de trabajo sobre todo para ocupar puestos en las áreas de servicios personales, como la hotelería, restaurantes y cuidado de adultos mayores. Incluso quizá en todos aquellos servicios en los cuales se requiera atención personalizada uno a uno y en las cuales el tiempo de atención sea primordial, además por supuesto, de la calidad de esta.
El problema es mayor para las empresas pequeñas que no pueden competir en lo referente a los salarios que pagan las grandes cadenas, según Goldman Sachs, además de los salarios, la diferencia se presenta en la capacitación de quienes solicitan los empleos.
Durante el gobierno de Donald Trump se extendió la impresión de que los migrantes estaban robando los empleos a los nativos de EU, dando paso a una narrativa según la cual había que cerrar las fronteras estadounidenses para evitar esta situación.
Hoy, para desgracia del propio país del norte, pese a que resulta obvio la necesidad de migrantes en ese país, el presidente Joe Biden no puede abrir las fronteras a las personas que pudieran ocupar los puestos requeridos por las empresas ya que ello le ocasionaría graves daños políticos a su, de por sí, menguada imagen cuando estamos en vísperas de las elecciones legislativas en aquel país.
Al parecer, los apoyos que se ofrecieron a los ciudadanos norteamericanos durante la pandemia han generado una demanda de productos y servicios por encima de los esperado, lo que a su vez trajo el crecimiento de los puestos de trabajo, sin embargo, no hay trabajadores para ocuparlos ya que, ante la alta demanda, estos prefieren tomar los empleos mejor pagados.
Aunque esta situación puede ser transitoria, hoy por hoy, es lo que hay y seguramente las empresas se prepararán para situaciones de este tipo, sobre todo si tomamos en cuenta que la población de los países desarrollados, como el propio Estados Unidos, no está aumentando, e inclusive se espera que en los próximos 50 años vaya a la baja, como sucedería con China, India, Japón, Rusia y otros países, a menos que den paso a la migración de los pocos países que continúan creciendo, que son los menos.
La realidad seguramente hará que los países se vayan amoldando a ella, que quienes hoy se niegan a ver en la migración una oportunidad, se darán cuenta que sin ella las economías irán a la baja o se presentarán desigualdades aún mayores que las que existen hoy.
Sobre todo debido a que la tecnología se desarrollará precisamente para suplir la mano de obra que haga falta y que no se pueda encontrar por una u otra razón.
Hoy, en Japón, ya se comienzan a ver hoteles en los cuales no hay recepcionistas humanos, sino robots, restaurantes en los que los meseros son, también, robots y en los hospitales algunas de las tareas más pesadas de la enfermería son realizadas por ellos.
Algunas agencias de noticias ya ofrecen notas redactadas por Inteligencia Artificial que resultan indistinguibles de las redactadas por reporteros y, en el área del trabajo legal estadounidense, mucha de la investigación que antes realizaban los becarios, es hecha por aplicaciones de IA de forma más rápida y precisa.
Así es que a ese es el escenarios que nos espera en los próximos años.
jpalacios@mobilnews.mx
