Durante mucho tiempo pens茅 que los signos de irritaci贸n social que se ven en las redes sociales y los medios de comunicaci贸n eran producto de lo que se conoce como el sesgo de confirmaci贸n, es decir, de solamente recibir o buscar informaci贸n que se ajuste a nuestra percepci贸n de la realidad o, a lo m谩s, fruto de una acci贸n pol铆tica de los partidos en pugna en la sociedad y del gobierno al estilo de lo que hiciera en su momento Hugo Ch谩vez, quien organiz贸 grupos de personas para hostigar a sus contrarios tanto f铆sicamente como en medios de comunicaci贸n.
Sin embargo, hace unos d铆as me toc贸 presenciar, en una oficina gubernamental a la cual acud铆 para realizar un tr谩mite, un episodio de esa irritaci贸n que est谩, me parece, a una chispa de transformarse en algo m谩s grave.
En la oficina se帽alada, al llegar me percat茅 de que ser铆a una larga espera hasta ser atendido ya que hab铆a una fila de alrededor de 70-80 personas por delante de m铆 y solamente dos ventanillas, de cinco, abiertas para la realizaci贸n del tr谩mite en cuesti贸n.
Como acostumbro, siempre traigo algo que leer para pasar el tiempo mientras espero, por lo que proced铆 a iniciar la lectura, a los cinco minutos de haber llegado a la oficina comenc茅 a escuchar gritos en contra de un guardia de seguridad que cuando llegu茅 se encontraba en la puerta.
El motivo por el cual se originaron las protestas, primero con gritos y posteriormente con intentos de pasar a la acci贸n, fue que el guardia pas贸 a una persona en silla de ruedas para que realizara el tr谩mite sin necesidad de pasar por la fila. Una vez consumado el tr谩mite, que le llev贸 unos dos o tres minutos, la gente dej贸 de gritar.
El problema fue que unos diez minutos despu茅s se repiti贸 la escena y ah铆 s铆 se presentaron varios intentos de amedrentar f铆sicamente al guardia, lo curioso es que entre los m谩s vociferantes se encontraban varias personas de la tercera edad que tra铆an en sus manos bastones.
Precisamente la queja era en ese sentido, que ellos tambi茅n ten铆an alguna molestia f铆sica pese a lo cual se encontraba en la fila y no recib铆a el mismo tipo de atenci贸n que los reci茅n llegados.
La segunda ocasi贸n el guardia tuvo que mostrarse moderadamente rudo, aunque aclarando que no utiliz贸 alg煤n recurso f铆sico, sino solo mejor贸 su postura para parecer algo amenazador, pese a lo cual el vocer铆o no mengu贸 durante todo el tiempo en el cual fue atendida la segunda persona en silla de ruedas.
Desde mi perspectiva, el problema fue que estuvimos a nada de que las cosas se salieran de cauce por una raz贸n que me pareci贸 muy sencilla de entender desde la perspectiva de quienes portaban alg煤n tipo de bast贸n para apoyarse: ellos tambi茅n se sienten con derecho a ser tratados de forma diferente precisamente tanto por su edad como por su condici贸n.
Quiz谩, como lo se帽ala Macario Schettino, la cultura de la victimizaci贸n ya nos est谩 alcanzando y, gracias a las pugnas por el poder, extendi茅ndose hacia toda la sociedad, si esta interpretaci贸n es cierta, estamos a nada de ver m谩s frecuentemente en el futuro cercano acciones como los linchamientos que ocasionalmente se observan en algunas partes del pa铆s.
Todo porque la gente quiere, y siente que as铆 debe ser, que sus problemas se resuelvan aqu铆 y ahora, a la de 隆ya!, pese a las dificultades que ello implique. El voluntarismo en su m谩xima expresi贸n. Pero quiz谩 tambi茅n porque se sienten poco o nada atendidas y consideran que solo mediante la acci贸n directa se les har谩 caso.
Lo peor es que eso se est谩 permeando desde las alturas. Con la pena, pero creo que en alg煤n momento esto, como los r铆os, se saldr谩 de madre.