De acuerdo con los meteorólogos y expertos la canícula es un período de 40 días, con altas temperaturas, normalmente superiores a los 40 grados Celsius, y que en algunos días puede alcanzar hasta los 45 grados.
Estos 40 días se pueden contabilizar desde el 3 de julio hasta la última semana de agosto.
También para estas fechas, considerando agosto y septiembre, son las fechas en las que llega a nuestra región la temporada de lluvias.
Esta semana, del 12 al 19 de junio, esta tercera ola de calor será una de las más calurosas del año.
Entre los estados del país que tendrán temperaturas de 40 a 45 grados, principalmente debido a una circulación anticiclónica en niveles medios de la atmosfera, se encuentra Nuevo León.
El miércoles 14 de junio, se esperan temperaturas que llegaran a los 44 grados.
Desde luego Agua y Drenaje de Monterrey prendió su alerta y solicito a la comunidad, a todos los usuarios, que moderen su consumo. Lo que ocurrió es que al ir aumentando la temperatura los usuarios aumentaron su consumo, de manera desmedida, y esto, impacta automáticamente, en la cantidad de agua que se le extraen a las presas.
Si continuamos con estos niveles irregulares de consumo, pronto estaremos en niveles de escases de agua y la autoridad, Agua y Drenaje de Monterrey, se vera en la necesidad de reducir el abastecimiento a fin de garantizar agua para todos.
La petición es muy clara y directa. Usuario, bájale a tu consumo.
No se trata de preguntarnos quien consume más agua, se trata de que nos afecta a todos. Se trata de que todos podemos hacer algo para usar de manera más inteligente el agua.
Se trata de un tema de compasión. No es pena, ni misericordia, por los demás.
Se trata de ponernos en los zapatos de quienes más sufrirán un racionamiento de agua en esta época tan crítica de calor.
Si, hay muchas familias que pueden pagar, las cantidades de agua que sean, para llenar sus albercas y regar sus jardines.
Hay muchas edificaciones que cuentan con inmensas cisternas para abastecer todos los departamentos millonarios de sus veinte pisos o más.
Hay muchas residencias que tienen cisternas que garantizan su consumo.
En la crisis pasada se vendieron miles de tinacos por toda la ciudad. Fue el producto más vendido, y lo sigue siendo, en esta mitad de año. Hay de todo tipo y de todas medidas. Tener un tinaco crea una sensación de alivio, al feliz propietario.
Pues no hagamos confianza, aun con sus tinacos y sus cisternas, si se suspende el servicio todos sufriremos por ello. Pero hay grupos de personas, más necesitadas que nosotros, que no podrán contar con agua a menos que llegue en pipas y quizá una vez por semana.
Les pido que reflexionemos un poco. Pensemos, no en nuestra comodidad, ni en nuestra conveniencia, pensemos en los niños y ancianos que no tendrán agua.
De nosotros depende tener compasión por aquellos que tendrán que caminar cuadras con sus cubetas para tener acceso al agua de una llave comunitaria.
Ellos, como nosotros, habitan en esta misma ciudad y se esfuerzan, igual que nosotros, para llevar un poco de comida a sus hogares.
Ellos necesitan, que todos, usemos de manera inteligente el agua. La compasión es quizá la mayor virtud del ser humano.
Cuando no hay nada más que hacer, todavía queda esa actitud de perdón, la compasión, que redime todos nuestras fallas y debilidades.
No nos cuesta nada cerrar la llave mientras nos cepillamos los dientes. No nos cuesta nada usar el agua de la lavadora para regar nuestros jardines. No nos cuesta nada ponerle un par de botellas de pet, llenas de agua, al depósito del sanitario, para consumir menos agua en la descarga.
Hay muchas maneras de usar el agua sin el dispendio que provoca la inconciencia y el ignorar las necesidades de los demás.
Hagamos el esfuerzo.
No perdamos la esperanza, ni la fe, hasta la próxima.