El apetito desmedido por el poder

Hiram Peón

Reflejo Interior
La muestra palpable se está viviendo en Acapulco.

07/11/2023

Han pasado 13 días desde que el huracán Otis destruyó Acapulco y muchos municipios cercanos en los estados de Guerrero, Colima y Oaxaca.

Seguimos viendo, como si fuera una película de terror, las decisiones que está tomando López Obrador y el sufrimiento de los coterráneos nuestros, en esos lugares.

El panorama es terrible. Lo rescatable lo encontramos en el personal de la CFE que ha repuesto la energía eléctrica en la ciudad, a pesar de que las calles siguen llenas de obstáculos y basura. 

En la ciudad se perdieron casi el 90 por ciento del cableado y los postes que lo sostenían. Se hicieron esfuerzos mayúsculos para trasladar los transformadores y demás equipo necesarios para restituir el sistema y se logró en un tiempo récord.

Siempre he pensado que un cuerpo de poder es la estructura superior, jerárquicamente hablando, que forma el gobierno y otro es el cuerpo de trabajo que forma la burocracia. 

Me refiero a que los gobernantes son puestos ahí para que ejecuten el poder, en este caso, el poder que reside en López Obrador. Y otro sistema muy distinto es el personal que hace que las cosas funcionen: la burocracia. 

Estas personas no necesitan instrucciones, saben lo que tienen que hacer. Son los mandos intermedios del gobierno.

Max Weber (1864 – 1920) sociólogo alemán, recibió preparación en derecho y economía, y se distinguió por sus estudios sociológicos, enfocados principalmente en identificar las interrelaciones de todos los órdenes institucionales que constituyen una estructura social.

El pensamiento de la burocracia de Weber, fue publicado en 1922, después de su muerte. Basándose en estudios de las antiguas burocracias de Egipto, Roma, China y el Imperio bizantino, así como de otras formas de gobierno modernas que surgieron en Europa durante los siglos XVIII y XIX,

Max Weber concluyo que: “la burocracia se trata de una organización que constituye la única opción de administración y dominación en las sociedades modernas y cuya concepción está en estrecha relación con el proceso de racionalización”. 

A partir de la tesis de burocracia de Weber, se desarrollan varios estudios. A finales de la década de 1940, Robert Merton, sociólogo norteamericano, afirmó “que existe una estructura social que contiene la distribución de clases y de una estructura cultural que determina los fines y los medios socialmente aceptados para alcanzarlos”.

También afirmó que “los méritos principales de la burocracia son la eficacia técnica y el sentido de seguridad vocacional: el personal de la burocracia está formado en gran parte por los que valoran la seguridad por encima de todo”.

A ello deberíamos de agregarle el sentido de responsabilidad de la persona, respecto al cumplimiento de la función de gobierno que se le ha encomendado.

Es gracias a la existencia de un cuerpo burocrático, que constituye parte del sistema de gobierno, que se pudo hacer un cambio de partido en el poder, cuando la población votó por Vicente Fox. 

Es la burocracia y su responsabilidad sobre la función pública, lo que permitió que López Obrador asumiera el poder. La burocracia, en un sentido amplio, incluye las instituciones independientes y los cuerpos de trabajadores sindicalizados del gobierno.

Es también la burocracia, la que sabe lo que tiene que hacer, y cuando se lo permiten, el órgano de gobierno que ha paliado las crisis por las que ha atravesado nuestro país.

Lo que se está viviendo en Acapulco y los municipios cercanos es algo inédito. Es la primera vez, en mucho tiempo, que no se permite la acción de la sociedad organizada, ni de las instituciones, ni de la burocracia. Lo mejor que puede hacer López Obrador es sacar las manos del proceso y permitir que las instituciones actúen como lo saben hacer.

Pero eso no va a suceder, porque se rompería el esquema electorero que actualmente está en marcha en nuestro país.

Por eso se minimizan los daños. Hablan de 47 personas muertas y otras tantas desaparecidas, cuando la población señala que son mucho más los desaparecidos y los muertos. Redujeron la “declaración de desastre natural, declaratoria de emergencia” a únicamente dos municipios en Guerrero. 

A los 45 municipios restantes, donde hubo daños irreparables, de un plumazo, les negaron la ayuda y la reconstrucción de carreteras, puentes, escuelas, y casas habitación destruidas.

La rapiña continua en el puerto. Hay personas que señalan haber pagado $150 mil pesos para que los trasladaran en carros, por caminos vecinales, fuera del puerto y del desastre.

Las organizaciones sociales siguen saltándose el cerco y siguen acercando ayuda a la población. Las autoridades siguen ocultando la cara ante el latrocinio.

Esta, y cualquier otra crisis, es siempre una oportunidad de mejorar lo que había y de recomponer el tejido social, expulsando, por ejemplo, al crimen organizado.

Pero eso tampoco va a pasar. No con este gobierno y su apetito desmedido por el poder.

No perdamos la esperanza, ni la fe, hasta la próxima.

hirampeon@gmail.com



HIRAM PEÓN es experto en comunicación corporativa y situaciones de crisis. Cuenta con un MBA del ITESM.
 

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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