Todos est谩n hablando del equipo Tigres de la Universidad Aut贸noma de Nuevo Le贸n (UANL). Desde luego es el merecido campe贸n de la liga mexicana de futbol, mejor conocida como Liga MX.
Llegaron a las semifinales cuatro competidores, los cuatro mejores equipos. Se quedaron en el camino dos instituciones deportivas que tuvieron no adem谩s del juego perdieron a sus directores t茅cnicos, en el altar de la derrota, para expiar la culpa.
Rayados despidi贸 a Vucetich y de Las Aguilas se fue su entrenador Fernando Ortiz. Como ante antiguos dioses aztecas, la directiva de ambos equipos, entierran sus propios errores sacrificando al guerrero inocente, al que debe cargar con toda la culpa de la derrota.
Quedaron para la final dos equipos: Chivas del Guadalajara y los Tigres de la UANL.
En el segundo y definitivo partido, en el primer tiempo, estaba ganando el equipo de Guadalajara por dos goles a cero. Al terminar los 45 minutos del primer tiempo Chivas ya se sent铆a campe贸n, el p煤blico en el estadio ya lo ve铆a campe贸n, los cronistas deportivos que relatan los partidos, ya lo ve铆an campe贸n, los 鈥渘o se cuantos鈥 millones de aficionados de las chivas, ya lo ve铆an campe贸n.
Jorge Campos, el legendario portero de la selecci贸n mexicana, coment贸 que Tigres podr铆a dar la remontada y ganar el partido. Sus compa帽eros de cabina se le echaron encima. Nadie cre铆a en la opini贸n de Jorge Campos.
Obviamente el DT de Tigres, Robert Dante Siboldi, cre铆a en que era posible ganar ese partido. De alguna manera todos los jugadores que regresaron al campo, tambi茅n lo cre铆an. Pero pasar de una creencia a una realidad es un poco dif铆cil, es como un salto cu谩ntico.
Primero, cada uno de ellos, y me refiero a todos los jugadores y el resto del equipo, tuvieron la misma creencia y adem谩s la intenci贸n de que dar铆an todo su esfuerzo, lo mejor de sus habilidades, as铆 como su coraje, para anotar los goles que les dieran el triunfo, y segundo, nunca darse por vencidos.
El resto es historia. Tigres es el merecido campe贸n de la Liga MX
Dos preguntas me hago. 驴Qu茅 vio Jorge Campos en el campo de juego, que no vieron todos en el estadio? Como para predecir que Tigres podr铆a remontar.
驴Qu茅 tenemos que observar en nuestras vidas, cada qui茅n en la suya, como para encontrar la fuerza, la voluntad y la habilidad para remontar dificultades? 驴C贸mo creer, y estar seguros, de que los cambios que tengamos que hacer van a ser los adecuados?
En alguno de sus textos, Carl Gustav Jung, coment贸 que: 鈥淐uando una situaci贸n interna no se hace consciente, aparece por fuera, como si fuera el destino鈥
Entonces, resulta que lo que vivimos, pudiera ser originado en nuestro interior. Pero como no lo reconocemos, bueno, entonces se lo atribuimos a lo que sucede en el exterior de la conciencia.
驴Cu谩ntas cosas vemos, en el diario vivir, y no las observamos, no las reconocemos como propias? Nos atrevemos a se帽alar que es la suerte, que es una bendici贸n, que es casualidad.
El tema es que no son solo las cosas positivas, tambi茅n las cosas que no nos gustan est谩n ah铆. Entonces se las atribuimos a los dem谩s, a ellos, los que nos tienen mala voluntad, los que no tienen la cortes铆a de avisar, los que nos han agraviado porque son unos envidiosos.
El origen sigue siendo el mismo. Nosotros mismos, el inconsciente que solo sigue nuestras indicaciones para manifestarse.
Entonces de nada sirve se帽alar y buscar culpables. Con el riesgo de parecer simplista, me atrevo a decir que, siempre tenemos la capacidad de elegir.
Cada quien decide que conducta seguir ante una idea, una emoci贸n o un sentimiento propios. O que conducta seguir ante lo que nos encontramos en la vida, sea lo que sea. Lo fatal es que no nos damos tiempo de pensar, solo reaccionamos, solo repetimos patrones creyendo que eso es vivir.
Ni siquiera se puede decir esto es bueno o aquello es malo. Eso ser铆a darle un valor y ese parece ser el error de las personas. A todo le queremos dar un valor y frecuentemente, ese valor, solo es una respuesta a nuestros propios miedos.
Entonces, tomemos un respiro para pensar, observemos lo que pulula en nuestra mente y elijamos aquellas ideas que parecen contribuir a enriquecer nuestra vida y lo dem谩s, dej茅moslo ir.
No perdamos la esperanza, ni la fe, hasta la pr贸xima.
