Si yo les dijera que inscribieran a sus hijos en una escuela, cuyo plan de estudios y libros de texto basado en él no incluyen matemáticas y español, tienen errores y omisiones importantes, su contenido es desordenado y totalmente parcial hacia una ideología política. ¿Lo harían?
Y si le agrego que la persona que elabora los contenidos que van a estudiar tus hijos (y me permito citarlo) es un “militante activo de la revolución bolivariana y seguidor del legado del comandante Chávez”. Es un flamante chavista y hoy subdirector de desarrollo e innovación de materiales educativos en la SEP, el camarada, Sady Arturo Loaiza.
Personaje ampliamente conocido como lacayo incondicional del dictador Nicolás Maduro y antes de infiltrarse en la SEP, Sady Loaiza, fue director de la Biblioteca Nacional de Venezuela y promotor de las salas de pensamiento crítico, que divulgan la visión única de Nicolás Maduro.
No se necesita ser pedagogo de ocasión para darse cuenta que algo no esta bien con los libros de texto gratuitos que el régimen quiere imponer para el próximo ciclo escolar, una versión ideologizada de la realidad.
Tan al vapor está hecho esto que los propios docentes desconocen el material y la forma en la que deberán trabajar con ello.
Y tan saben que están haciendo un cochinero que la Secretaría de Educación Pública reservó por 5 años los detalles de cada paso realizado para su elaboración, bajo el argumento de no contar “con una versión integral y definitiva del proceso que garantice su eficacia” (sic).
Lo anterior consta en el Acta 22SO del Comité de Transparencia de la dependencia, con fecha del 13 de junio del presente año que agrega:
“Impedir el perjuicio ya que (la reserva) evitaría que se presentaran injerencias externas que pudieran poner en riesgo el proceso de elaboración y diseño de los LTG (Libros de Texto Gratuitos)”. Entre otras barbaridades.
Apenas el martes pasado, el presidente López dijo que los nuevos Libros de Texto Gratuitos serán distribuidos para el ciclo escolar 2023-2024 debido a que "no hay ningún impedimento legal".
Esto a pesar de que una jueza federal dio el pasado lunes un plazo de 24 horas a las autoridades educativas del país para que cumplan con la orden de no distribuir el material.
Este aviso fue el segundo, luego de que la Unión Nacional de Padres de Familia denunció el pasado 24 de mayo que el gobierno federal no realizó los procedimientos legales para renovar el contenido de los textos, y que los libros no están adecuados a los planes y programas de estudio vigentes.
"La Unión Nacional de Padres de Familia reitera su compromiso a favor de una educación de calidad para nuestros hijos, con apego a nuestra Constitución y a las leyes, así como su determinación de mantenerse en un ánimo de tolerancia en la diversidad y de un diálogo constructivo en la pluralidad, propios de una sociedad democrática como la nuestra", difundieron en un comunicado.
Por lo anterior, la jueza del Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa de la Ciudad de México, Yadira Medina Alcántara, concedió a dicha organización una suspensión definitiva el 25 de mayo pasado en contra de la entrega de las nuevas publicaciones educativas hasta que la dependencia federal no comprobara que el rediseño de las mismas siguió un procedimiento legal, entre otros requisitos.
Hoy una lista de funcionarios que están en desacato por la suspensión definitiva concedida a favor de la Unión Nacional de Padres de Familia, encabezada por la titular de la SEP, Leticia Ramírez Anaya, a quien se le unen la subsecretaria de Educación Básica, Martha Velda Hernández Moreno, y el director general de materiales educativos, Marx Arriaga Navarro.
A MORENA le urge institucionalizar, imponer el pensamiento único. Aquí no se trata de fifís o chairos o cualquier otro credo, aquí se trata del futuro de este país, nuestros hijos y nuestros nietos.
Ya algunos estados han decidido no entregar los libros Jalisco, Chihuahua, León, Michoacán, hasta que no sean aprobados pues hay que dejar claro que los libros de texto del próximo ciclo escolar, son ilegales.
La brecha social se hará más grande y la máquina de pobres seguirá produciendo, pues quienes tengan acceso a una educación privada, sin duda llevarán libros de apoyo, por no decir un programa alterno.
Los 2 millones de maestras y maestros no tuvieron ni voz ni voto para la elaboración de los libros y no saben como enseñar estas epifanías chavistas.
Los libros que pretenden entregar son dogmáticos, instrumentos para el adoctrinamiento, la hipersexualización de los menores, la politización, el engaño la manipulación y la reducción de la enseñanza.
Yo no soy pedagogo, simplemente soy un padre de familia preocupado, lo suficientemente capaz para darse cuenta que este gobierno representa un verdadero peligro para la educación.
Tiempo al tiempo.