A Guerrero no llegan los abrazos

Los guerrerenses llevan padeciendo violencia por más de 60 años y, desgraciadamente, no va a parar, no solo tiene que lidiar con los desastres naturales, que también traen consigo sufrimiento, dolor y muerte.
14/03/2024

Lo que pasa en Guerrero no es de hoy, no es culpa de Evelyn o de Félix, ellos son parte del problema, tampoco es culpa de López o de Calderón (al menos no total),la violencia en Guerrero, tiene historia.

Desde sus propios usos y costumbres, la ley del talión, como forma de ejercer poder y autoridad, incluso desde el mismo estado, lo que hizo que brotara ahí la guerrilla, las primeras autodefensas, la miseria histórica y, por supuesto la corrupción y complicidad de las autoridades, han sido el abono perfecto para las aberraciones que vemos hoy y que sabemos tienen muchos años de existir, pues la aparición de grupos criminales también ha contribuido a ello y la violencia no solo se esparce, sino que también se consolida.

Para eso tenemos que ir más atrás, desde las décadas de los sesentas, setentas y ochentas, con las guerrillas en el campo y la ciudad también, la represión política y todo el poder del estado estaba ahí para evitar cualquier eventualidad.

Y todo envuelto con el velo amplio del narcotráfico, pues a la amapola y a la Marigüana, como todos sabemos, les gusta mucho crecer en la sierra de Guerrero y los principales consumidores, el american Dream, demandaban goma de opio para que sus soldados soportaran el horror de sus guerras y mucha marigüana, por si acaso.

En Guerrero, la amapola se cultivaba ya desde 1860, pero no generaba mayor interés o revuelo, hasta que así lo decidió nuestro vecino amigo, más o menos a la mitad del siglo pasado.

Acapulco era el destino de moda para la élite de Hollywood, donde podrían venir a saciar sus excesos, casi en el más profundo de los anonimatos y a todos ellos, también habría que tenerlos bien surtidos, como en casa, de todos los placeres que el dinero puede comprar, todos, particularmente, los ilegales.

Todos quienes hemos conocido un poco más profundamente el estado de Guerrero, sabemos que los militares siempre han estado ahí, como las palapas, como las sillas, como parte del paisaje en tierra, selva y mar.

Militares que no gozan de buena reputación entre los pobladores, pues siempre ha estado tenso el ambiente con los militares reprimiendo de forma brutal cualquier cosa que ellos consideren una afrenta.

No debemos olvidar que la política antidrogas de México, está supeditada a lo que sea la voluntad de Estados Unidos, ahí no hay discusión.

Es por eso que el estado de Guerrero, lleva padeciendo violencia por más de 60 años y, desgraciadamente, no va a parar, la sociedad guerrerense no solo tiene que lidiar con los desastres naturales, que también traen consigo sufrimiento, dolor y muerte, como la violencia cotidiana.

Entonces si estamos conscientes de este contexto, no habría de sorprendernos lo que vemos todos los días en noticieros y redes sociales.

Si bien quien decidió aplicar la fuerza letal del estado contra los delincuentes, fue Felipe Calderón, no fue la primera vez que sucedió, pues con el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kikí”, Camarena a mediados de los 80's, marca un parteaguas en el armado y re–armado de los grupos criminales para reorganizar las rutas de paso de droga hacia EU y ahí si, Bartlett lo sabe todo.

Entonces ya con Calderón en el poder y con la firme idea de atacar a los delincuentes, declarando la guerra al narcotráfico, comenzaron a llegar los capitales privados pues México se tomaba “en serio” la lucha contra el narco, además de obedecer como un perro lo que decía Estados Unidos..

Así que, una vez más podemos confirmar como es que la guerra, genera capital, mueve economías, así la política antidrogas (guerra), es atractivo para el capital, pero eso es otro tema.

Una lucha encabezada por alguien que hoy se encuentra preso en Nueva York, por delincuencia organizada y nexos con el narcotráfico.

O sea todo cambió para seguir igual.

Hoy Guerrero, junto con Colima, son los estados que han crecido más rápido en la tasa de homicidios violentos en los últimos años, pues tanto en las zonas rurales los enfrentamientos por las tierras, como en las ciudades por acaparar el mercado hacen que los homicidios secuestros y demás delitos aumenten.

Pero siempre teniendo en la mira tener controlado el poder político, una masacre tras otra, extorsión tras extorsión, tortura tras tortura.

Y si de estadísticas hablamos, veamos al Coneval y al Inegi, los lugares que ocupa Guerrero en violencia educación y salud, también ahí vamos a encontrar otra raíz profunda del problema.

Entonces ya, teniendo claro que en Gurerrero no se están peleando por el asunto de la droga o por operar como extorsionadores o secuestradores, ahí el tema es la tierra, la mina y, por supuesto el poder político.

Entonces lo que vemos en el gobierno y en la oposición es un circo y una demagogia de quien diga que va a pacificar el estado, al pedir la desaparición de poderes es un circo del tamaño de las maromas de la mañanera. 

Entonces ver la gobernadora Evelyn, haciendo pifias una y otra vez, ver bailando a Félix Salgado, buscando la reelección, diciendo que en su estado no pasa nada y que, como siempre a todos les faltan manos para quitarle mérito en lo que pasa en Guerrero.

Es más, quien iba a decir que en este sexenio, en lugar de encontrar a los 43 de Ayotzinapa, hoy la consigna sea que “Nos faltan 44”.

Esto es un poco para entender por qué en Guerrero vemos lo que vemos hoy.

Ni la oposición ni Morena ni nadie los va a detener.

A Guerrero no llegan los abrazos.

Continuará…

Tiempo al tiempo.



HÉCTOR GUERRERO es periodista director de @politicamx @TiempoReal_mx y @losfuertes.mx. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

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