Si las elecciones fueran hoy, de acuerdo con las encuestas, México está a punto de ser gobernado, por primera vez por una mujer, pero, como dice el clásico “esa es otra historia”.
Hoy parece que nada más existe y que el botín máximo de la elección que viene, es la presidencia de la República, que sin duda lo es, pero ¿Y el Congreso?.
El tema de moda son las corcholatas y los huipiles, los “performance”, las ocurrencias, los chismes y el imaginario colectivo se concentra en la figura presidencial.
Y no sólo eso, sino que por primera vez en más de dos décadas, habrá una boleta sin la fotografía del Sr. López.
No hay que perder de vista que también están en juego 128 senadores, 500 diputados, nueve gubernaturas y 30 congresos locales.
Haciendo un ejercicio de honestidad ¿sabes quién es tu diputado?, ¿Quiénes son los candidatos para tu distrito? Todos deberíamos.
“Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República representativa, democrática, laica y federal, compuesta por Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior […]”, así se lee el artículo 40 constitucional
A la palabra voluntad, le agregaría la palabra “responsabilidad”, pues una república democrática y representativa, reconoce de suyo la participación de la población en las decisiones que competen y afectan al país.
En nuestro actual modelo de democracia dicha representatividad recae en las personas que son elegidas a través del voto popular.
Hoy más que nunca el Congreso ha sido fundamental para frenar las imposiciones de Palacio, como lo ha sido desde 1997, cuando el PRI perdió la mayoría en el Congreso, a pesar de haber elegido a Ernesto Zedillo como presidente, por primera vez en la historia, el tricolor no se llevó el carro completo.
Y esa tendencia se ha mantenido desde entonces, incluso el efecto López no fue suficiente para entregarle el país por completo; sin embargo, el 2024 plantea escenarios donde al país se le puede presentar, regresar a las épocas doradas del PRI y que su engendrito, se lleve la presidencia y el congreso, sería devastador.
Por eso si ya la oposición siente lejos la presidencia, si se duerme, hasta del congreso los andan echando.
¿En verdad le sería útil ganar la silla, pero perder el congreso?, eso es un segundo escenario que se pudiera presentar en el 2024, que ganen Beatriz o Xóchitl, pero un congreso pintado de Guinda.
Pues por más victoria y euforia por ganar la presidencia, estaría totalmente coptado por las cámaras, que si bien no podrían cambiar la constitución, están facultados para aprobar leyes de tipo secundario. Pero si obtienen la mayoria calificada, entonces si podrían hacer prácticamente lo que quisieran sin que el ejecutivo pudiera hacer algo.
Sin mencionar que tendrían control total de la ley de ingresos y, por lo tanto del presupuesto, sin negociar con nadie.
Ahí el control del país está en Morena, pesar de que en la presidencia esté la oposición.
Por eso pregunto si a la oposición le es realmente útil apostar todas las canicas a una presidencia que a estas alturas parece inalcanzable.
Si Morena gana la presidencia y la oposición las cámaras, pues tendríamos una situación más en la que la oposición tendría forma de equilibrar, pues pasaría lo mismo, leyes y presupuestos para la oposición.
Un carro completo de la oposición sería reversa total para la ·4T, pero es más posible que nos parta un rayo mientras leemos esto, a que eso llegue para el Frente.
Aquí el otro cuestionamiento es ¿qué queremos los ciudadanos que suceda?, a los partidos, ni todo el amor, ni todo el dinero, el equilibrio de fuerzas nos beneficia a todos.
Por eso la máxima de ¨Divide et impera” (Divide y vencerás), aplica no solo en un mal sentido, en el 2024 los congresos son fundamentales y no podemos entregar el poder a una sola facción. Ahí la división se aplica en un sentido sano.
A ustedes les pregunto ¿Qué escenario quieren?
Y para terminar ¿Qué es lo que querrían ustedes Congreso o la presidencia?
P.D. Lo sucedido en Lagos de Moreno es el horror que ha crecido alimentado de abrazos ¿Y López dice que lo atacan a él?, ¿Qué la víctima es él?... Tantita…Tantititititititita.
Tiempo al tiempo.