De acuerdo con la RAE el concepto de “amnistía” abarca el “perdón de cierto tipo de delitos, que extingue la responsabilidad de sus autores”.
La amnistía viene de la palabra amnesia, olvido, pero en un la historia mundial hay registros desde la antigua Grecia y es una palabra que debemos manejar con responsabilidad, que se lleva utilizando desde hace siglos cómo un método para solucionar conflictos.
“No es posible que siga este régimen de corrupción e impunidad. Vamos a empezar desde arriba para abajo. Vamos a hacer todo lo que se pueda para que logremos la paz en el país. Que no haya violencia… Si es necesario… vamos a convocar a un diálogo para que se otorgue amnistía, siempre y cuando se cuente con el apoyo de las víctimas, los familiares de las víctimas. No descartamos el perdón”, dijo el presidente Andrés López durante su primer día como mandatario (oficial) el 2 de diciembre de 2018.
Cuando todos estábamos preparando los festejos patrios, el presidente Andrés López, hizo llegar su propuesta de ley de Amnistía en busca de beneficiar a personas vulnerables que han sido encarceladas.
“Tiene por objeto otorgar amnistía a los integrantes de pueblos y comunidades indígenas que fueron discriminados y a quienes no les fue respetado su derecho a una debida defensa”, dice el texto.
La ley de amnistía que propone la 4T, abarca delitos como robo simple, consumo de drogas, práctica de aborto y sedición, así como analizar los casos de gente humilde que no tuvo abogados, mujeres ancianos, indígenas que no tuvieron una defensa adecuada, que no se les asistió ni ayudó y los delitos por los que son acusados no son graves, no son delitos de sangre, de violencia.
De acuerdo con diversos tratados internacionales, todas aquellas personas que hayan cometido crímenes graves como desaparición forzada, genocidio, tortura, violencia contra las mujeres, esterilización forzada, embarazo forzado, trata de personas, entre otros crímenes de lesa humanidad, no les será aplicada dicha Ley.
Pero amigos, esta es la 4T, que con esa sed de justicia para el pueblo bueno, hay otros asuntos que preocupan de fondo, leyes que este gobierno ha aprobado, como por ejemplo el aumento de “supuestos” o “presuntos” que acarrean prisión preventiva oficiosa, llevándolos a un total estado de indefensión y lo mismo ocurre con la Ley de Extinción de Dominio
Así que, esta Ley de Amnistía es una promesa de justicia que no tiene cabida en el sistema jurídico en materia criminal que ha planteado la 4T. Ojo con eso.
La pregunta es: Como está la situación actual en el país, según datos de la asociación civil Impunidad Cero, el nivel de impunidad en México es de 98,86 por ciento y existe una tasa de delitos que no se denuncian y ni se investigan de 93.6 por ciento ¿Estamos listos para entrarle al tema?
En los últimos 30 años, sobre todo en países de América Latina, África y el sudeste de Asia, las amnistías se han aplicado para coadyuvar a solucionar a sociedades que se encontraban en conflicto.
Sin embargo, la amnistía como tal siempre ha sido contemplada por diferentes mandatarios en México a lo largo del último siglo.
Y como no podría ser de otra manera, quien inició la amnistía en México fue el presidente Benito Juárez, en octubre de 1879, quien decretó amnistía “en favor de los enemigos de la República presos por traición, sedición, conspiración y demás delitos políticos”, con alunas excepciones como lugartenientes del Imperio y jefes de divisiones y cuerpos del ejército que se pasaron al bando invasor.
El presidente Lázaro Cárdenas promulgó el 5 de febrero de 1937 una Ley de Amnistía que la concedió a militares que hubieran cometido el delito de rebelión y a civiles responsables de delitos de rebelión, sedición, asonada o motín de la competencia de los tribunales federales.
Manuel Ávila Camacho, hizo lo propio en 1940, a favor de civiles y militares responsables de delitos políticos.
Luis Echeverría publicó la ley que decretó amnistía para los procesados por delitos de sedición, invitación a la rebelión, resistencia particulares y conexos, cometidos durante el conflicto estudiantil de 1968.
Ahora es el turno de la 4T, pues una medida como esta, se puede convertir en un bálsamo para la situación crítica que atraviesa nuestro país, pues no solo afrontamos una situación de violencia agravada, sino también altos índices de impunidad.
La otra cuestión es ¿hay algún proyecto para hombres y mujeres que eventualmente dejen la cárcel?
La ley de amnistía y su eventual aplicación, requieren las manos de un cirujano, temple, precisión, delicadeza, amplio conocimiento para realizar su labor y hasta un poco de frialdad, no las de un carnicero que solo se dedica a destazar.
Aquí no hay amnesia.
Tiempo al tiempo.