La semana pasada se publicaron las minutas de la última reunión de polÃtica monetaria de Banxico en donde destaca el tema de la desaceleración global y en México.
Los datos más recientes indican que México creció a una tasa ligeramente menor al dos por ciento en el 2018, donde inclusive el sector manufacturero, medido a través del indicador del IMEF, lleva tres meses consecutivos por debajo del umbral de 50 puntos, mostrando una contracción en el sector.
Cabe notar que de acuerdo a las cuentas nacionales, durante el cuarto trimestre la manufactura se contrajo a una tasa trimestral de 0.1 por ciento. Por su parte el indicador coincidente, que señala la tendencia de crecimiento de la economÃa, se redujo en noviembre (dato más reciente), posicionándose por séptimo mes consecutivo por debajo de la tendencia de crecimiento de la economÃa, lo que implica que México se encuentra en una fase de recesión (de acuerdo con la definición del libro “lo que indican los indicadoresâ€, de Jonathan Heath).
El hecho de que la economÃa mexicana se encuentre en “etapa de recesiónâ€, de acuerdo con este indicador, no implica necesariamente que ésta esté observando contracciones en su crecimiento, sino que se encuentra en una etapa de desaceleración, pues no se han registrado contracciones trimestrales del PIB como lo indica la definición tradicional de la teorÃa económica.
Por su parte, el indicador adelantado, que es aquel que busca anticipar el comportamiento de la economÃa, se redujo por tercer mes consecutivo, señalando que la economÃa mexicana seguirá desacelerándose.
Tras el comunicado de Banxico, el mercado financiero empezó a especular sobre la trayectoria de tasa de interés, sobre todo al tomar en cuenta que la Reserva Federal en Estados Unidos ha dado señales claras de que el ciclo de alzas puede detenerse en este año.
Al calcular la tasa de interés de equilibrio utilizando la regla de Taylor destaca que la TIIE en México deberÃa de estar actualmente en 8.42 por ciento contra una TIIE actual de 8.54 por ciento. Lo anterior asumiendo que el crecimiento potencial de México es de 3 por ciento y la tasa objetivo de inflación también de 3 por ciento. AsÃ, de acuerdo al cálculo la tasa de interés deberÃa recortarse.
Sin embargo, la regla de Taylor fue hecha para Estados Unidos, en donde la Reserva Federal tiene un mandato dual, de pleno empleo y baja inflación, mientras que en México se tiene el objetivo único de baja inflación. De hecho, si se calcula la regla de Taylor para Estados Unidos, arroja 2.42 por ciento para la tasa efectiva de los fondos federales y actualmente la tienen ubicada en 2.40 por ciento, indicando que la tasa deberÃa permanecer sin cambio el resto del año.
La tasa de interés es importante para cualquier economÃa y para México la relevancia radica además en los capitales extranjeros que llegan en busca de un mayor rendimiento y que, ante menores diferenciales de tasa con otras economÃas, podrÃa resultar en salidas de capitales y por lo tanto en subidas del tipo de cambio, que es un determinante importante de la inflación. AsÃ, Banxico tendrá la disyuntiva de mantener la tasa para mantener el diferencial de tasa con Estados Unidos, o recortarla para incentivar el crecimiento de la economÃa.
La decisión parece que dependerá en última instancia de que tan fuerte sea la desaceleración, pues una menor actividad económica provoca también una menor inflación. De hecho, la inflación de la primera quincena de febrero fue, por tercera quincena consecutiva, menor a la expectativa del mercado y situándose ya dentro del intervalo considerado apropiado para México, de acuerdo a la definición del mismo Banxico.