“Si se necesita para transferir todos los fondos al pueblo para que haya desarrollo, trabajo y bienestar, el Gobierno va a entrar a una fase superior, vamos de la austeridad republicana a la pobreza franciscana”, Andrés Manuel López Obrador, febrero 1, 2020.
Al ver el título de este artículo seguramente vienen a su mente los programas sociales (electorales para muchos, entre ellos yo) de nuestro líder que tanto prometió en campaña y que muchos en su sano juicio (no los que esperaban el beneficio, claro) pensaban que no iba a cumplir porque no hay presupuesto que alcance y de hacerlo iba a empobrecer al país. Pues para sorpresa de muchos lo está haciendo, con resultados que saltan a la vista aún desde antes de la pandemia. Pero no hablaré de eso, sino de la promesa que no cumplió: bajar la gasolina.
Mañana se cumplen dos años del triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las urnas, y creo con muy poco temor a equivocarme que el descontento social que generó el gasolinazo de enero del 2017 fue uno de los pilares de esa victoria. Siempre he pensado que lo único que detona que la gente apática a la política vaya y vote en una elección es que se afecte su entorno más cercano, su seguridad, su economía o su salud.
Ese día (para el candidato AMLO, un excelente día) la gasolina en México debía comenzar a reflejar el precio en Estados Unidos y cubrir los mismos impuestos que se aplicaban desde inicio de 2016. Pero cuando el Congreso aprobó esta decisión en 2015 no contaban con la llegada de Trump a la Presidencia de Estados Unidos, que subió 20% el precio del dólar, ni que el combustible iba a aumentar 10% en aquel país.
Desde inicio de diciembre del 2016 era previsible que se diera un aumento de golpe en la gasolina al arrancar 2017, porque el Gobierno había topado el precio y no se reflejaba el aumento del segundo semestre de 2016, tan es así que El Norte publicó de principal el lunes 12 de diciembre de 2016 "Prevén un 21% de gasolinazo", de acuerdo a las estimaciones de la nota de Luis Valle, la Magna, que consume la gran mayoría, subiría de 13.98 a 16.87 pesos, si se aplicaban los impuestos completos.
Finalmente el alza fue menor, la Magna subió en Monterrey 16.7 por ciento a 16.31 pesos el litro, sin duda un fuerte aumento pero menor al esperado porque no se aplicaron todos los impuestos que se habían autorizado desde 2015. Al igual que muchos medios El Norte puso de principal "Será de 23% en NL el megagasolinazo", en realidad ese fue el aumento para la Premium, pero sirvió para que los que hoy gobiernan atizaran más al fuego del descontento social con el gobierno federal.
Solo como referencia, desde 1993 Pemex vende por ley la gasolina a un precio similar al de Texas, porque con el esquema de impuestos previo la vendía abajo de su costo, y finalmente es un precio competitivo que obliga a la empresa a ser tan eficiente como las empresas privadas. Aunque sin duda un factor para no bajar la gasolina en 2017 es que la mayoría se importaba, pero también es cierto que por Ley a Pemex se le pagaba toda como si fuera importada.
La diferencia entre el precio que pagan los automovilistas y el que cobra Pemex es impuesto si es positiva y subsidio si es negativa. Antes de que usted afirme ¡Nunca han dado subsidio!, deje le paso este dato: de noviembre de 2005 a septiembre del 2014 se destinaron 819 mil 680 millones de pesos de subsidio, en pesos actuales considerando la inflación son 1 billón 187 mil millones de pesos.
Para el tabasqueño, que por sus venas corre nuestro oro negro, no fue nada difícil montarse en esa ola de rechazo social y asegurar que se podía evitar el gasolinazo eliminando los impuestos a la gasolina, ya encarrerado días después prometió que iba a bajar el precio de los combustibles cuando llegará a la Presidencia. Esa propuesta de eliminar el impuesto sigue en en un video en youtube que difundió el 5 de enero de ese año, titulado "se puede revertir el gasolinazo: AMLO" (www.youtube.com/watch?v=rwkftmReA0I&t=17s).
Ese mismo día por la noche, el presidente Peña Nieto dio un mensaje a la nación (www.youtube.com/watch?v=7BdVISvGeQ0), obviamente muchos ni lo escucharon y de los que lo escucharon pocos le creyeron.
"Este ajuste en el precio de la gasolina no se debe a la Reforma Energética ni tampoco a un aumento de impuestos. ¿Por qué subió entonces el precio de la gasolina?, porque en el último año en todo el mundo el precio del petróleo aumento cerca de 60%. Esto, a su vez, ha aumentado el precio internacional de la gasolina lo que nos afecta directamente ya que desde hace años México importa más de la mitad de los combustibles que consumimos", argumentó Peña.
"En pocas palabras, se trata de un aumento que viene del exterior. El Gobierno no recibirá ni un centavo más de impuestos por este incremento. Tratar de mantener el precio artificial de las gasolinas nos hubiera obligado a recortar programas sociales, a subir impuestos o a incrementar la deuda del país, poniendo en riesgo la estabilidad de toda la economía".
Y estimó en ese mismo mensaje que de no haber aumentado el precio de la gasolina al gobierno le hubiera representado una reducción de más de 200 mil millones de pesos.
Como era de esperarse el candidato López Obrador (perdón, aspirante a aspirante de candidato) al siguiente día en las "benditas redes" sacó un video (www.youtube.com/watch?v=hnGeLDex9Jc)diciendo primero que les habían rechazado la propuesta de dar reversa al gasolinazo bajando el impuesto, y segundo, asegurando que Peña mentía que en realidad la gasolina había subido para asegurarle ganancias a los que importaban el combustible.
Aunque López Obrador insiste que no lo comparen con los anteriores, esto dijo el expresidente Peña en el spot del gasolinazo, "¿Qué hubieran hecho ustedes?, mantener el precio artificial de la gasolina significaría quitarles recursos a los mexicanos más pobres para dárselos a los que más tienen, los datos duros hablan por sí mismos: 60 millones de mexicanos los de menores ingresos sólo consumen el 15% de la gasolina, mientras que 12 millones, el 10% de la población de mayores ingresos, consume 40% de la gasolina?".
Al llegar a Los Pinos, perdón a Palacio Nacional, nuestro líder fue aún más allá de lo dicho por Peña, porque él combatió la corrupción y quitó privilegios, lo que le liberó muchos recursos fiscales. Eso por si sólo podía permitirle bajar la gasolina, pero sus prioridades son similares a las del expresidente Peña: primero los pobres.
Quiero imaginar que al menos sucedió la siguiente escena, aunque en realidad creo que nunca sucedió. Ante los limitados recursos públicos, López Obrador puso en la balanza eliminar el impuesto a la gasolina o repartir dinero en sus programas sociales, es decir beneficiar a los que tienen auto gracias a las oportunidades que les dio el neoliberalismo o a los olvidados del neoliberalismo... la respuesta salta a la vista.
Basta recordar lo dicho por la Diputada Dolores Padierna, el 18 de diciembre de 2018, al celebrar en tribuna que Morena y sus aliados habían conseguido aumentar el impuesto a las gasolinas, mientras la Oposición exigía que el presidente cumpliera su palabra bajándolo, "desechada la propuesta de quitarle recursos al presidente López Obrador", sentenció la morenista.
Sin duda que prometer no empobrece, pero si López Obrador hubiera cumplido su promesa de eliminar el impuesto en los combustibles, los ingresos del gobierno federal hubieran caído otros 344 mil millones de pesos en el 2018. Seguramente estaríamos más abajo de la pobreza franciscana y nos hubiéramos empobrecido más.
¡Hasta la próxima semana!