Tan s贸lo de enero a febrero, la polarizaci贸n pol铆tica en el pa铆s se acentu贸 un poco m谩s. Y todav铆a faltan tres meses para las elecciones, campa帽as de por medio.
La encuesta nacional sobre preferencias electorales que public贸 EL FINANCIERO el mi茅rcoles 3 de marzo mostr贸 un ligero avance de Morena en la intenci贸n de voto, de 38 a 44 por ciento. Pareciera que ese empuje se debe al impacto positivo que ha tenido el inicio de la vacunaci贸n entre la opini贸n p煤blica.
El avance de Morena en las preferencias se dio principalmente entre j贸venes y entre electores con mayor escolaridad. Son segmentos generalmente m谩s vol谩tiles que sus contrapartes de mayor edad o de menor escolaridad, as铆 que no podemos dar por sentado que el aumento en intenci贸n de voto lleg贸 para quedarse. Se puede revertir.
Si la hip贸tesis de que el inicio de la vacunaci贸n inyect贸 fuerza a Morena es correcta, cualquier ator贸n en el proceso de vacunaci贸n, o un avance por debajo de las expectativas que se han generado, bien podr铆an tener un efecto nocivo para el partido del Presidente. Por ello, la negativa en fr铆o y en directo de la vocera de la Casa Blanca sobre las vacunas, previa a la reuni贸n AMLO-Biden, debe haber sonado como un batazo seco para los estrategas de la 4T.
Pero la encuesta arroja otro dato muy revelador: en un solo mes, y todav铆a con el proceso de campa帽as por delante, el electorado dio muestras de haberse polarizado m谩s. El apoyo a Morena entre los electores con identidad ideol贸gica de izquierda subi贸 de 58 a 72 por ciento entre enero y febrero, mientras que del otro lado del espectro pol铆tico, en la derecha, el apoyo conjunto a los partidos PAN, PRI y PRD subi贸 de 54 a 61 por ciento.
Esto 煤ltimo es particularmente sorprendente, ya que ninguno de esos partidos registr贸 un aumento en las preferencias en el 煤ltimo mes. Lo que se observa es que el apoyo se est谩 jalando hacia los extremos.
Morena tambi茅n registr贸 un ligero avance entre los electores de centro, otro segmento relativamente vol谩til, pero todo luce como que las preferencias partidarias rumbo al 6 de junio ya est谩n bastante polarizadas. Si contin煤a la fuerza centr铆fuga en el electorado, creo que el beneficiado ser谩 el partido gobernante. Pero si los otros partidos hallan la llave del elector mediano, del votante centrista, el panorama podr铆a cambiar un poco. Es casi como encontrar la aguja en un pajar.
Es posible que esta geometr铆a pol铆tica ya no se tome tan en serio como antes, se duda de ella, y quiz谩s usted tenga sus razones para pensar que la izquierda y la derecha no dicen hoy nada, que son herramientas poco 煤tiles y hasta anacr贸nicas. Pero lo que muestran las encuestas cuando preguntamos la orientaci贸n ideol贸gica y la intenci贸n de voto, es que ambas se conectan muy n铆tidamente, quiz谩s hasta m谩s que antes.
脡ste es tan s贸lo uno de los m煤ltiples rostros de la polarizaci贸n pol铆tica que impera en nuestro pa铆s, y a煤n tenemos la tarea pendiente de ir comprendiendo sus significados actuales.
Cuando empec茅 a poner atenci贸n al eje izquierda-derecha en M茅xico, all谩 por los a帽os 90, flu铆an varios temas que desembocaban en un conflicto claro: el core de la derecha lo constitu铆a un M茅xico tradicional, m谩s rural, menos educado, de mayor edad, que se manten铆a leal al partido gobernante. El core de la izquierda lo formaba un M茅xico j贸ven, m谩s urbano y educado, antipriista, que daba saltos entre partidos de oposici贸n aspirando a un cambio democr谩tico.
Algunos piensan que el eje izquierda-derecha de hoy capta los sentimientos pro y anticuarta transformaci贸n, pero creo que eso es m谩s el efecto que la causa. Habr铆a que buscar si no es un reflejo de las divisiones que produjo la denominada era neoliberal, del Tratado de Libre Comercio y de la globalizaci贸n, con todo y los resentimientos sociopol铆ticos derivados de sus diversas asimetr铆as. La narrativa presidencial apunta a ello.
Lo cierto es que, cualquiera que sea el significado actual de las identidades ideol贸gicas, el electorado mexicano va rumbo a los comicios de junio de 2021 en modo centr铆fugo.
