Además de garantizar el voto libre de los ciudadanos para elegir a sus gobiernos y representantes populares, la democracia requiere de mecanismos de monitoreo y vigilancia a la acción gubernamental, lo cual, a su vez, hace posible que los ciudadanos tengan información para tomar en cuenta en las siguientes elecciones. Este cÃrculo permite que las elecciones sean la vÃa por excelencia para la rendición de cuentas.
Uno de los mecanismos de monitoreo ha sido, y continúa siendo, la prensa libre, pero los organismos autónomos encargados de dar seguimiento a las diversas y complejas tareas de la vida pública también cumplen una labor fundamental: además de vigilar, tienen funciones regulatorias. En su libro Vida y muerte de la democracia (FCE 2018), John Keane habla de la democracia monitorizada como la etapa más reciente del desarrollo democrático, precedida por los modelos de democracia asamblearia y democracia representativa. Según Keane, entre las caracterÃsticas centrales de la democracia monitorizada están los organismos de control y vigilancia que se suman a la labor de “perros guardianes,†asà como de “perros guÃaâ€, que asisten y orientan, y de “perros ladradoresâ€, que avisan cuando algo es sospechoso.
La mayorÃa de los mexicanos está de acuerdo con la importancia de los organismos autónomos para monitorear y vigilar al gobierno. La noticia reciente de que, con el propósito de ahorrar recursos podrÃan fusionarse algunos organismos reguladores, nos llevó a tratar de medir el asunto, si no en detalle por lo menos en principio. La iniciativa ya dio unos pasitos para atrás, pero lo importante es saber qué opina la ciudadanÃa respecto a la disyuntiva de ahorrar vs. vigilar.
En la reciente encuesta nacional de El Financiero planteamos esta pregunta: “Para usted como ciudadano, ¿qué es más importante? Mantener organismos reguladores que vigilen al gobierno, o ahorrar recursos públicos reduciendo los organismos reguladoresâ€. El 61 por ciento de los entrevistados apoya la labor de “vigilarâ€, mientras que el 34 por ciento se inclina por la idea de “ahorrarâ€. Según estos resultados, la mayorÃa está dispuesta a cubrir el costo de los organismos reguladores antes que ahorrar presupuesto reduciéndolos. Estos resultados pueden tener varias lecturas e interpretaciones, y una inmediata es que destaca una actitud evidentemente democrática. Además, hay que tomar en cuenta el momento en que se hace la pregunta: en medio de la pandemia del coronavirus y de una profunda y creciente crisis económica y de empleo. Con todo y eso, la preferencia por mantener a los organismos de vigilancia es mayoritaria.
Como serÃa de esperarse, detrás de la distribución general de opiniones se observa el peso del partidismo. Los oposicionistas están más de acuerdo (71%) que los morenistas (54%) con mantener los organismos reguladores para que vigilen la acción gubernamental. La diferencia es de 17 puntos, pero lo notable es que la mayorÃa de los morenistas priorizan a los organismos reguladores por encima de su posible reducción con fines de ahorro. La actitud democrática se impone. Esto incluye también a los apartidistas, quienes apoyan mantener a los organismos reguladores en 61%. No hay división polÃtica en esto: la prioridad es el monitoreo.
La pregunta de la encuesta se planteó por el asunto de la posible fusión de varios organismos como el IFT, la Cofece y la CRE con fines de ahorro, pero bien podrÃa ir más allá ante las intenciones del Presidente de eliminar o absorber las tareas de otros organismos de observación y monitoreo. Importan las funciones que desempeñan, pero también su autonomÃa.
Los “aparatos de monitoreo del poderâ€, como les llama Keane, facilitan el control y la vigilancia, y por ello son parte de fundamental del principio de acontabilidad y rendición de cuentas que caracterizan a la democracia. Una de las preguntas rumbo a la nueva normalidad es si queremos seguir alimentando bien a esos “perros guardianes†o si optamos por no emplearlos. Hoy en dÃa, la mayorÃa de los mexicanos opina que sÃ, son necesarios.