La evoluci贸n de las encuestas

Ahora que las candidaturas se deciden por encuestas el fen贸meno ha incidido en la evoluci贸n (o acaso involuci贸n) de la demoscop铆a.
20/10/2023

Las encuestas suelen ocupar una buena parte de la discusi贸n p煤blica en tiempos electorales. Sus resultados, sus metodolog铆as, sus usos, sus abusos, son temas de conversa y controversia.

Pero aunque hoy las damos por sentado, y las consideramos parte de nuestros usos y costumbres pol铆tico-electorales, las encuestas han cambiado; podr铆amos incluso decir que han evolucionado, reflejando en buena medida los patrones de cambio y continuidad de nuestro sistema pol铆tico.

Al hablar de evoluci贸n de las encuestas, quiz谩 lo primero que viene a la mente es un proceso de cambio y adaptaci贸n de las metodolog铆as y las t茅cnicas demosc贸picas a los ambientes sociales, institucionales y tecnol贸gicos nuevos.

En Estados Unidos, el proceso evolutivo metodol贸gico pas贸 de los straw polls del siglo 19 a las encuestas con bases cient铆ficas en el siglo 20, y en estas 煤ltimas, un proceso gradual de cambio de encuestas por correo a entrevistas en vivienda, del muestreo por cuotas al muestreo probabil铆stico, posteriormente al m茅todo telef贸nico, al m茅todo online, al uso de nuevas tecnolog铆as digitales y, en las etapas m谩s recientes, con una cierta involuci贸n a formas de muestreo no probabil铆stico.

Pero la evoluci贸n de las encuestas tambi茅n refleja los usos pol铆ticos que se les dan.

En M茅xico, en los a帽os 80 y 90, el aumento de la competitividad electoral hizo de las encuestas un instrumento fundamental de inteligencia pol铆tica para los partidos y sus candidatos. Navegar por la creciente incertidumbre de la competencia pol铆tica requer铆a una buena br煤jula y las encuestas tomaron esa funci贸n.

A su vez, las encuestas se volvieron un recurso noticioso de gran valor informativo para los medios de comunicaci贸n, no s贸lo atrayendo lectores o audiencias, sino tambi茅n aportando datos para el comentario y el an谩lisis pol铆tico. La publicaci贸n de resultados de sondeos se volvi贸 un aspecto central durante las campa帽as.

Y podr铆amos decir que junto con la publicaci贸n de encuestas period铆sticas coevolucionaron los usos estrat茅gico-propagand铆sticos de los sondeos. Si las encuestas period铆sticas mostraban un escenario, un partido pod铆a mostrar otro diferente con sus propias encuestas, bajo la idea de que la publicaci贸n de resultados puede influir en los electores, en las estructuras partidistas, y en los estados de 谩nimo de las campa帽as, entre otras posibles influencias.

Me parece que m谩s recientemente, la evoluci贸n de las encuestas ha tomado otras formas en nuestro pa铆s.

Una tiene que ver con el cambio tecnol贸gico. La incorporaci贸n de las nuevas tecnolog铆as digitales y rob贸ticas al ejercicio demosc贸pico, todav铆a con ciertas limitaciones pero tambi茅n con un enorme potencial, ha tomado por sorpresa a la vieja guardia, no s贸lo de encuestadores sino de usuarios y comentaristas de encuestas.

Me da la impresi贸n de que el uso de nuevas tecnolog铆as para encuestar ha dividido a la profesi贸n en un campo representado por el viejo mainstream, que sigue teniendo legitimidad, pero que se resiste, reniega o ignora c贸mo adaptarse a las nuevas tecnolog铆as, y los nuevos challengers que s铆 se est谩n montando en ellas, pero que no cuentan a煤n con la entera legitimidad de lo que hacen. La respuesta natural ha sido la descalificaci贸n a las nuevas maneras de hacer encuestas.

Las adaptaciones tecnol贸gicas han coincidido tambi茅n con otro factor de cambio, uno de car谩cter m谩s institucional: el uso de encuestas para la definici贸n de candidaturas pol铆ticas. Los partidos pol铆ticos sol铆an darles dos usos estrat茅gicos centrales a las encuestas: el de inteligencia (de uso interno) y el de propaganda (de difusi贸n de resultados). A ello se suma el papel de las encuestas para definir candidaturas. Morena especifica esa labor en sus estatutos, y los partidos de oposici贸n tambi茅n han adoptando la pr谩ctica de manera menos formal.

Ahora que las candidaturas se deciden por encuestas, y no s贸lo las presidenciales, sino para diversos cargos de elecci贸n popular a cualquier nivel, el fen贸meno ha incidido en la evoluci贸n (o acaso involuci贸n) de la demoscop铆a.

Se ha generado una mayor demanda que parece, a su vez, estar generando su propia oferta, con una enorme varianza en la calidad de los estudios, de las metodolog铆as, a la vez que con poca transparencia y mucha opacidad.

La evoluci贸n de las encuestas que se conceb铆a a la par del desarrollo democr谩tico significaba m谩s espacios para los resultados p煤blicos, con una funci贸n informativa, con calidad, rigor, transparencia y rendici贸n de cuentas.

Por el contrario, la involuci贸n de las encuestas refleja un ambiente de mayor control pol铆tico, de calidad cuestionable, de opacidad y de un potencial descr茅dito a la labor demosc贸pica.

Hay que esperar un poco para ver si es el caso, pero por lo pronto as铆 lo parece.

amoreno@elfinanciero.com.mx



ALEJANDRO MORENO es profesor del Departamento de Ciencia Pol铆tica del ITAM y vicepresidente de la World Values Survey Association. Actualmente es Consultor/Director de Encuestas y Estudios de Opini贸n de El Financiero.Las expresiones aqu铆 vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opini贸n y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

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