Analizar nuestras identidades geográficas se vuelve necesario en un mundo como en el que vivimos hoy, donde los nacionalismos parecen haberse alzado contra la globalización. ¿Cuáles son las actitudes de los mexicanos al respecto?
Para ese tema, la Encuesta Mundial de Valores realizada en México en 2018 nos da algunas pistas de cuáles son nuestras lealtades locales y globales. En esa encuesta, que está completando su séptima ronda a nivel mundial este año, se preguntó qué tan cercana o vinculada se siente la gente con distintos tipos de pertenencia geográfica.
En México, 59 por ciento dijo sentirse muy cercano a su pueblo o ciudad, la identidad más local, mientras que 53 por ciento dijo sentirse muy cercano a su región o estado, y 61 por ciento, la mayor proporción, se dijo muy cercano a México, es decir, al país como un todo. Estos tres tipos de identificación geográfica son sentimientos compartidos por la mayoría de los mexicanos, las lealtades local y nacional.
¿Qué hay de las identidades globales? Según la encuesta, 22 por ciento de los mexicanos se siente muy cercano a América Latina y apenas 15 por ciento a Norteamérica, lo cual resulta un poco sorpresivo, porque la proporción de mexicanos que tiene familiares que viven en Estados Unidos es alta, y eso debiera nutrir el sentido de cercanía. Podría ser que en la era Trump, los mexicanos se han alejado de esa identidad regional.
Quienes se sienten muy cercanos al mundo como un todo, los cosmopolitas, suman 27 por ciento, una cuarta parte de los mexicanos adultos. Todos estos datos indican que, en México, la mayoría de la gente siente un fuerte arraigo local y nacional, y solamente una minoría expresa una identidad global.
Según la encuesta, los cosmopolitas son más comunes entre los segmentos jóvenes y entre los más escolarizados de la población. Pero incluso ellos pueden expresar un sentido de identificación local. Esto quizás choca con la idea tradicional de los estudios sobre cultura política de que un sentido de identificación es excluyente del otro, es decir, que alguien que siente arraigo local no siente identidad global y viceversa.
Sin embargo, es muy factible que la gente exprese múltiples identidades. Como señala Kwame Anthony Appiah en un artículo reciente ('The Importance of Elsewhere', Foreign Affairs marzo-abril 2019), las lealtades globales no tienen que estar necesariamente en conflicto con las locales. Según la encuesta, muchos de los mexicanos que expresan una identidad global también expresan una identidad local. Sin embargo, no todos los que se identifican con lo local trasladan sus lealtades a lo global. Como ya se apuntó, los mexicanos somos mayoritariamente localistas y nacionalistas, con una minoría cosmopolita. ¿Qué diferencia política hace eso?
Para empezar, diversos analistas ven en los nacionalismos –y los populismos– de hoy un rechazo a lo global y, por lo tanto, a lo cosmopolita. La idea de élites cosmopolitas pareciera ser el polo de una línea de conflicto con el pueblo nacionalista en el otro polo. Según la encuesta, los cosmopolitas en México se muestran más abiertos a la migración que los localistas/nacionalistas, especialmente porque ven a los migrantes como una fuente de riqueza cultural, mientras que los segundos los ven como una potencial amenaza. Asimismo, los cosmopolitas expresan una mayor confianza en las personas de otra nacionalidad y una mayor confianza en organismos internacionales que los localistas/nacionalistas.
Por lo visto, las lealtades locales y nacionales, por un lado, y las globales, por otro, corresponden más o menos bien a las actitudes de los entrevistados en temas de interés público. Por ello, habrá que estar alertas de esta diferenciación de identidades en el país, sin olvidar que la gran mayoría manifiesta una lealtad localista/nacionalista y que los cosmopolitas son la minoría.