“Es más fácil legalizar ciertas cosas que legitimarlas”, Nicolás Chamfort.
El suflé es un platillo de origen francés que tiene la cualidad de hincharse o “subir” durante la cocción. Pero a su vez tiene el peligro de que debe servirse en su punto e inmediatamente después de la cocción, pues inevitablemente se desinflará y perderá su atractivo. En breve entenderán esta introducción culinaria. Apenas terminó la precampaña y unos y otros andan presumiendo de lo alto que está su suflé cuando la realidad el horno apenas se está precalentando. Ciertamente, Claudia cuenta con una selección de ingredientes que le otorga una clara ventaja. Los datos de SABA Consultores del pasado lunes registran aumento de la aprobación para AMLO y descenso de la desaprobación, además de una alerta positiva en su calificación media. Decir esto es decir que la vela mayor que impulsa el barco de Claudia está a pleno rendimiento e impulsa el barco viento en popa. Su partido, además, presenta series que mejoran su promedio y advertencias positivas tanto en intención de voto como en identificación, y si no hay rachas de viento, los remeros que lo sustituyen son los de menos estudios, los de más edad, y, como siempre, los perceptores de apoyos sociales. Para Xóchitl hay también una buena noticia: una alerta favorable en el “Top of mind” de aspirantes, que quiere decir que el cierre de precampaña no ha ido mal. Pero, ¡ay!, tanto uno como otro suflé deben estar listos el día 2 de junio, ni antes ni después, así que queda todavía tela que cortar.
AMLO está añadiendo sazones al guiso, anunciando reformas: por un lado, la del sistema de pensiones, y por otro, la eliminación de los organismos autónomos por “facciosos, onerosos y antipopulares”. Lo primero explica por qué los mayores de 68, muy favorecidos por los programas sociales y con la esperanza de nuevas mejoras, figuran en los hipocentros de todos los avisos favorables y series por encima del promedio que registran AMLO y su partido. Vincula ambas cosas diciendo que el dinero de los organismos en el punto de mira financiará las nuevas pensiones. Hábil sofisma, que oculta una realidad: el fin de los contrapesos que acotan la concentración de poder en el presidente, y por tanto, un retroceso en la calidad democrática y un avance hacia el autoritarismo. Seguramente Andrés Manuel piense, con Chamfort, que vale más correr a legalizar que un lento camino hacia la legitimación. Lo que desde luego sabe, y le está funcionando, es que con su “estilo personal de gobernar”, como diría Cossío Villegas, tres de cada cuatro mexicanos lo aprueban, y con ello otorgan, por activa o por pasiva, el respaldo a su pupila. La continuidad parece estar servida.
Queda claro que Claudia cuenta en este momento con bastantes más elementos para elaborar su platillo, pero lo que queda por ver es si son de mejor calidad. También es una incógnita si Xóchitl sabrá hacer uso de la buena estofa de ciertas especias, pero a pesar de este avance, que de momento no reduce distancias en intención de voto, me temo que no está dando con la receta. Insiste en la confrontación, y no en la proposición. Y la guerra sucia contra la 4T definitivamente no funcionará, al menos no ahora. La oposición la integran partidos con una larga historia, y no habrá que irse muy atrás en ella para pisarle la cola. Quiero decir que, al esgrimir acusaciones, el Frente se va a encontrar con la fácil respuesta del “y tú más”. Esto se añadirá a un desgaste inútil y a hacer que el grueso de la población, que respalda a AMLO y a su candidata, se sienta igualmente atacada. Xóchitl tiene perdida de antemano la batalla de la polarización. La oposición, sus medios y sus seguidores necesitan mucha menos bilis y bastante más imaginación para llegar con alguna posibilidad a la degustación de junio.