“En política, lo importante no es tener razón, sino que se la den a uno”, Konrad Adenauer.
Muchos han sido los acontecimientos políticos de las últimas semanas, pero como el “mandamiento nuevo”, se encierran en dos: la designación de Claudia Sheinbaum como candidata de Morena, y las trampas al solitario que se anduvo haciendo la oposición, para terminar en el nombramiento de Xóchitl Gálvez como aspirante. Según nos informan los datos recabados ayer por SABA Consultores, la nominación de Claudia concentró la atención ciudadana muy por delante de la de Gálvez. Esta es incluso superada por la derrota de Ebrard, aunque hay que considerar, claro está, el poder de lo inmediato. Lo que no superan ninguno de los aspirantes, victoriosos o derrotados, es la sempiterna presencia en el pensamiento ciudadano de los asesinatos, la violencia, los secuestros y demás lacras derivadas de la galopante inseguridad. Pero México sigue siendo un país anestesiado que asiste impávido a su autodestrucción, mientras la clase política exhibe sus festines. Durante el V Informe, por cierto eclipsado por todo lo anterior, y como siempre vacuo y efectista, se afirmó que, aunque hubo más asesinatos, en realidad hubo menos. O algo así. Es la magia de los “otros datos”.
Qué más da. Lo importante, como en los procesos internos de las formaciones políticas, no es si se ha falseado: hemos llegado a un punto en que todo está falseado de un modo u otro. Aunque se contradiga lo que se dice ayer, da igual, lo importante es que el ciudadano se acostumbre a que todo es mentira, acaso con la excepción de la exigua dádiva que permite sobrevivir. Por ejemplo, en la designación de Sheinbaum era un secreto a voces que los dados estaban cargados, pero la consecuencia inmediata ha sido una pronunciadísima alerta positiva en el “Top of mind” de aspirantes a la presidencia. Propiciada por quienes aprueban a AMLO y, cómo no, por los perceptores de apoyos sociales. Se demuestra así que, sobre la marcha, se acepta a la ungida como la continuadora de la política de López Obrador, construida sobre la dádiva, y el aplauso a la continuidad. Enfrente, la oposición ha logrado que su proceso haya sido, y parecido, aún más desaseado que el de Morena, lo que en corto desacredita en gran medida a Xóchitl, que tendrá que luchar también contra ello. Lo tiene difícil: si la elección fuera hoy, y si fuera cosa de dos, la victoria de Claudia sería más apabullante que la de AMLO en 2018. El triunfo también sería indubitadamente suyo si Marcelo apareciera en la contienda.
Quizá me equivoque, pero creo que Ebrard no se moverá de Morena, por más que aparezcan videos “fake” en los que apoya a MC, hable de “escenarios posibles” o diga que no se va a someter a “esa señora”. Ya está desandando lo andado cuando afirma que jamás haría daño a AMLO. Cuentan que Danton, el revolucionario francés que quiso representar la moderación y acabó en la guillotina por orden de Robespierre, dijo antes de morir: “No os olvidéis de mostrar mi cabeza al pueblo, merece la pena”. No vislumbro un final tan épico para Marcelo, me temo que preferirá salvar la testa y seguir esperando. Al cabo es lo que lleva haciendo treinta años, desde que era asesor de Camacho Solís, cuando los tiempos del PRI empezaban a dejar de ser felices y eternos. Los datos de SABA dicen que, como candidato de MC, no arrastraría a más de un 15 % de votantes. Afuera de Morena, como antiguamente afuera del PRI, hace mucho frío. Con el Frente muy desacreditado, una inmensa mayoría ha recibido con alborozo a Sheinbaum como hija “natural” de AMLO, y acepta que todo es mentira menos las ayudas sociales. En eso estamos. Alejandro Magno nos dejó una enseñanza: de la conducta de cada uno depende el futuro de todos. Mientras no interioricemos eso, todo será en vano.
Una inmensa mayoría ha recibido a Sheinbaum como hija “natural” de AMLO, y acepta que todo es mentira menos las ayudas sociales. Mientras que si Ebrard se va de Morena sentirá mucho frío.
13/09/2023