Donde habita el olvido

Adolfo González

EL SEXTANTE
La vida sigue igual en México, haga lo que haga López Obrador es merecedor de la aprobación ciudadana.
25/06/2021

“Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido”, Joaquín Sabina.

De los datos que nos ofrece la medición de SABA Consultores para el día 21 de junio apenas se pueden extraer novedades de reseña. Hay, sí, un levísimo deterioro de la percepción sobre el Presidente, que incluye una advertencia negativa en desaprobación. La presencia de los de ingresos medios en el hipocentro nos sugiere una irritación de ese sector, pero en honor a la verdad, si no se molestan estas gentes, ¿quién iba a hacerlo? La realidad es que la situación sigue siendo estable, y en consecuencia el Presidente continúa gozando de un confortable colchón de solidez. Habrá quien piense que, en una de estas, vendrá la por muchos muy esperada caída. Puede ser, pero desde luego esta no va a venir por acumulación de errores, y si llega, será de un modo inopinado que las circunstancias no nos permiten prever. Sucedieron ya demasiadas cosas que bien pudieran haber sido acreedoras de ser el detonante del ocaso de don Andrés, y no lo fueron. La vida sigue igual, y no nos detendremos hoy en las razones que hacen que, para muchos, AMLO sea merecedor de crédito haga lo que haga. Tan es esto último así, que incluso una condición que se ha repetido en muchas ocasiones, y que ha sido un rasgo particularmente llamativo, como es el aprobar a Andrés Manuel aun no estando de acuerdo con sus propuestas, parece estar desapareciendo. Se ha pasado a la fase de aceptación plena, y una mayoría se muestra de acuerdo, por ejemplo, con la reforma de la ley reguladora del INE. La opinión pública emula la canción: no debía de quererte, y sin embargo te quiero.

Quizá haya quien me afee la premisa, es decir, partir de la base de que los “amlovers” no deberían querer a su amado. Como respuesta, haremos un simple y breve repaso a las polémicas que, una por una, han ido pasando al baúl de los recuerdos, que es lo mismo que decir al de los olvidos. Muy reciente, y ya camino de ello, el desastre de la Línea 12 que se ha despachado con un informe átono y sin responsabilidades, y hasta ahí llegaron las aguas, y si no, ya lo verán. ¿Recuerda alguien el huachicol? Dicen los que están en poder de los arcanos de la sabiduría que hubo detenidos, pero confieso que es la santa fecha en la que cuesta tener constancia o noticia de ello. Las injerencias en la elección, volviendo a asuntos recientes, no sólo pasaron a quinto o sexto plano, sino que se saldan con un “sostenella y no enmendalla” del Presidente, que sigue, con el aplauso ciudadano, con la mira puesta en el INE. ¿Qué decir del Covid19? Con un número indeterminado de muertos, y una gestión más bien de “muertitos”, ya ni siquiera ocupa la atención de los mexicanos, y cede el primer puesto de las preocupaciones a la sempiterna inseguridad. El “Top of mind”, por otra parte, se ve trufado por menciones a la violencia en todas sus formas, inseguridad, asaltos, robos, balaceras… Nada ha cambiado en la lacra número uno que sufre la nación, y nadie parece reprochárselo a la 4T y a su máximo responsable, que acaba de iniciar otra cruzada contra los responsables de dar malas noticias al pueblo bueno: la prensa chayotera, cuyo chayote cada vez tenemos menos claro de dónde viene, desde el punto y hora en que la 4T maneja casi todos los resortes del poder. Eso sin olvidar el descrédito total en el que se hallan sumidos los medios de comunicación, incapaces de adaptarse a los nuevos parámetros líquidos de los tiempos que vivimos. Del asunto de los viles “aspiracionistas” de las clases medias ya hablamos la semana pasada, no tiene caso insistir, salvo recordar que el Presidente, bendito sea su nombre, ha puntualizado que les perdonará la vida, a condición de que pasen por una especie de reciclaje que los haga más humanos. Todos y cada uno de estos asuntos han ido pasando de la actualidad al carpetazo de archivo en medio de la política de saturación a la que somete AMLO a los mexicanos, un día sí, otro no, y el de en medio.
Y hete aquí que los dos principales problemas que tenía la ciudadanía al principio del mandato de AMLO siguen siendo los mismos. Ya hemos mencionado la inseguridad, que acaso haya aumentado, pero desde luego no mitigado. Y luego la corrupción, que fue la bandera que enarboló la 4T. Quien no vea que ambas cosas, inseguridad y corrupción, son dos caras del mismo problema, allá con sus fantasías. Pero volvemos a la saturación: apenas pasamos página de los “aspiracionistas sin escrúpulos” y encontramos un nuevo capítulo, en realidad ya viejo, que es el de la consulta sobre el enjuiciamiento de mandatarios anteriores. Es claro que la lucha contra la corrupción tiene dos vertientes, la de la pasada y la de la presente. La fulminación de Irma Eréndida nos habla del segundo aspecto, y lamentablemente nos dice que se castiga más la deslealtad que la ineficacia, y en ello mismo hay un síntoma claro de corrupción. Durante tres años la defenestrada ha mostrado una preocupante inoperancia en sus responsabilidades, en especial en cuanto a las prácticas internas que se suponía habían de desterrarse. Pero lo que le ha costado el puesto no es ese fracaso, sino la puesta en duda de las órdenes del líder, lo que quiere decir que lo que importa aquí realmente es la subsistencia en el poder y no la consecución de objetivos y promesas. A la vista de esos resultados, ya les digo yo que quienes rigieron los destinos de México hasta hace tres años pueden estar muy, muy tranquilos sobre su futuro legal y penal.

Y más después de ver la intrincada pregunta que va a aparecer en la boleta el día 1 de agosto, una pregunta que suscita otras mil, más que esclarecer respuestas. Una consulta de todo punto ociosa, pues ¿para qué están si no la fiscalía y el poder judicial? Si hay un indicio, actúese de oficio, y saque el poder ejecutivo las manos de donde no debe meterlas. Pero como la comedia tiene que seguir, se construye una pregunta en la que nada está claro, que se parece más al supercalifragilísticoespialidoso de Mary Poppins que a otra cosa. Es decir, conteste usted lo que quiera que ya entenderé yo lo que me parezca. Me temo que las presuntas responsabilidades de anteriores “actores políticos” irán a parar donde habita el olvido, junto con el Covid y tantas otras cosas que sólo se resucitarán como fuegos de artificio mientras interese hacerlo. La hipnosis colectiva continúa, igual que la corrupción y la violencia seguirán, lo que no se sabe es hasta cuando durará la obnubilación, pero me temo que va para largo. Disfruten el primero de agosto de otra pantomima.

adolcafe@yahoo.es



ADOLFO GONZÁLEZ reside en España, y es analista político especializado en la interpretación de la metodología de Saba Consultores de medición de la opinión pública. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

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