Juan Palacios

APOTROPAICO
Nadie sabe, bien a bien, cómo debe darse la apertura, no por otra cosa, sino por la posibilidad de que, al hacerlo, pudiera haber una nueva ola de contagios.


Abrir la economía sin tener claro el panorama en que nos encontramos, nos hace pensar no solo en una segunda ola de la enfermedad, sino en que la primera pudiera crecer al “navegar a ciegas”.


Hay quienes tienen la oportunidad de pasar la cuarentena en sus casas, bien por ellos. Sin embargo, no todos tenemos la oportunidad de hacerlo así, hay que trabajar porque, mal o bien se vive en el día a día.


No es difícil pensar que en unos días veremos las consecuencias de esta decisión en el aumento de los casos confirmados de Covid19.


Puede ser entendible que la gente tenga miedo, que vea en los trabajadores de la salud a personas portadoras del Covid-19, pero eso no justifica un ataque de cualquier naturaleza.


Por lo pronto, ya aprendimos que el miedo, el tedio y la soledad pueden formar parte de nuestras vidas, que no estamos acostumbrados a estar a solas con nosotros.


Los que se entusiasman con la baja en la popularidad de López Obrador, antes deberían preocuparse y comenzar a leer la historia de Hugo Chávez, así entenderían lo de abrazos y no balazos.


No vaya a suceder que por esconder información y tratar de mantener bajas las estadísticas, vayamos a sufrir un problema peor de lo que pudiera haber sido.


Se dice protegido para que no la vean, para que se enfoquen en el distractor, como el mago que pone a su ayudante en movimiento mientras el realiza el engaño.


El tema hoy, no es la sanción a Manuel González por "Broncofirmas", sino quién se colgará la medalla. Quién podrá exhibirla en la próxima contienda electoral.


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