“La vida es corta. Ten una aventuraâ€, asà reza el slogan de Ashley Madison, una plataforma de citas en lÃnea que promueve relaciones extramaritales, que la mayorÃa de las personas “aceptan†o creen que es “común†y que no pasa nada, porque es sólo un desliz.
Hace algunos dÃas se viralizó un video protagonizado por dos ejecutivos de alto perfil durante un show de Coldplay en Boston. Andy Byron, CEO de la empresa tech Astronomer, y su jefa de Recursos Humanos, Kristin Cabot, fueron captados abrazados en la “kiss cam†durante un show que muchos interpretaron como la confirmación de un romance extramatrimonial.
La escena mostró al lÃder de la banda, Chris Martin, señalando la imagen de ambos mientras dice: “Oh, miren a esos dosâ€. Byron, que estaba abrazando a Cabot, la soltó de inmediato y se escondió detrás de una valla. Cabot, visiblemente incómoda, se tapó la cara mientras la multitud estallaba de risa.
Las redes ardieron y el morbo reinó, pero más allá del chisme viral, este episodio nos permite hablar de algo mucho más profundo: la infidelidad como espejo de una doble vida, no solo en el plano emocional, sino también en el profesional.
De acuerdo con datos de la plataforma, que promueve relaciones extramaritales, los sectores laborales que tienen una mayor incidencia de infidelidad son ventas y marketing con un 23%; seguido de tecnologÃa y TI con 12%, empresarios y ejecutivos de alto nivel con un 11%, educación y docencia con 9%, mientras que médicos y enfermeros tienen un 8%.
La razón, según expertos, son las largas jornadas laborales, los viajes frecuentes, y ambientes de trabajo altamente competitivos donde los lÃmites entre lo profesional, no son muy claros.
Y por supuesto en el mundo virtual donde todos opinan y se creen perfectos… en cuestión de horas o más bien minutos, todos supimos el nombre de los infieles, dónde trabajaban, qué cargos ocupaban y por supuesto los nombres de sus respectivas parejas.

Considero que en este mundo nadie es de una sola pieza y todos los humanos tenemos matices, pues no todos somos totalmente buenos o totalmente malos.
Cada caso de infidelidad es diferente, pero no podemos negar qué si una persona es capaz de traicionar a su pareja y olvidarse de sus votos matrimoniales, pudiera traicionar también otros compromisos en su vida, pues la falta de honestidad en lo Ãntimo suele reflejarse en lo profesional: la incoherencia no se queda en la casa.
Pero en este caso en concreto habrÃa que preguntarnos qué tanto puede la empresa meterse en la vida privada de sus empleados. En muchas empresas hay polÃticas que prohÃben las relaciones entre empleados, pero en la mayorÃa de los casos, no siempre se cumplen. Lo último que se supo del caso de Andy Byron y Kristin Cabot, es que ambos fueron destituidos.
Una amiga, que es Gerente de Recursos Humanos en una empresa donde venden derivados del cemento, me comentó que casos de infidelidad en ese sector son muy comunes, y que a veces llega la esposa a exigir que le den a ella el sueldo del marido porque se lo gasta con la “otraâ€. Me sorprendió que me lo contará con tanta “normalidadâ€.
O quizá a veces toleramos más la infidelidad en los niveles operativos, pensando que carecen de herramientas emocionales o formación en valores; pero cuando una figura en la cima —como un CEO o una celebridad como Tiger Woods, un golfista muy famoso que fue infiel— cae en un desliz amoroso, nos desconcierta más, porque proyectamos en ellos una imagen de autocontrol, liderazgo y coherencia. La caÃda duele más porque también cae una parte de lo que admiramos.
Sin embargo, te has puesto a pensar ¿qué pasarÃa si esto ocurre en tu empresa? o ¿está el liderazgo de tu negocio preparado para actuar con integridad y transparencia?
Una persona Ãntegra siempre hace lo correcto.
Todos los comentarios son bienvenidos a veronica@vaes.com.mx
Nos leemos, la próxima vez. Hasta entonces.