La enfermera

Scarlett Ortega

MI LABIAL POR UN TEQUILA
Varias veces le suger铆 a mi raz贸n que ignorara la jeringa que aquella mujer sosten铆a.
18/08/2020

Las paredes incoloras del lugar abrazaban mis pupilas, y al fondo del pasillo escuch茅 los aumentantes pasos (casi mudos) de sus zapatos blancos.

Cuando lleg贸 a donde yo, simplemente asinti贸 con la cabeza, entonces me puse sobre mis pies que avanzaban hacia el cristal trasl煤cido de la puerta que hac铆a una insistente invitaci贸n a mis rodillas a que dejasen de sacudirse, e inmediatamente entr茅 en aquel lugar at贸nico y me recost茅 en una peque帽a cama que se encontraba ocupando un peque帽o espacio al fondo.

Ella se acerc贸 hacia m铆 y como era su costumbre, me pregunt贸 amablemente:

-驴C贸mo est谩s? 鈥 

Yo apenas queriendo separar los labios contest茅:

鈥 Bien.

Cuando me di cuenta, ella ya retiraba el vendaje de mi brazo, mientras yo mec铆a las puntas de los pies.

No entend铆a exactamente por qu茅 mis manos se humedec铆an cuando las suyas casi heladas jugaban a buscar mis delgadas venas, me hac铆a unas cuantas preguntas de cortes铆a y yo s贸lo trataba de contestarlas lo m谩s r谩pido posible, mientras mares de preguntas me inundaban la mente.

Preguntas que no pod铆a responder, o tal vez no quer铆a, y de vez en cuando aparec铆a un n谩ufrago pensamiento que me dec铆a 鈥渆star谩s bien鈥.

Varias veces le suger铆 a mi raz贸n que ignorara la jeringa que aquella mujer sosten铆a, pero es que parec铆a meramente inercia el mantenerme observando los veinte mililitros de aquel l铆quido burbujeante que pronto estar铆a dentro de m铆.

Cuando por fin termin贸 de preparar la sustancia, se acerc贸 y gir茅 el rostro hacia la pared buscando un lienzo para comenzar a dibujar caminos y rutas de escape para todos aquellos pensamientos que comenzaban a atacarme en cuanto el l铆quido aterriz贸 en mi brazo y fr铆amente abr铆a camino entre mi cuerpo, fue entonces cuando vi a la eternidad reencarnar en el cuerpo de aquellos tres minutos, y esper茅 un poco m谩s para que cesara aquella inc贸moda sensaci贸n.

En cuanto pude, me sent茅 y gir茅 mi cuerpo hacia ella nuevamente, y entre un suspiro extend铆 mi brazo invit谩ndole a ponerme de nuevo el vendaje, fue cuando alz贸 sus ojos amielados y ligeramente cobijados por sus rizadas pesta帽as hacia m铆, y comenz贸 a enredar la venda en mi mu帽eca en total silencio, era tan sordo su movimiento que lo 煤nico que podr铆a distraerme la emanaci贸n vol谩til del olor a alcohol que dejaba escapar cada vez que mov铆a su brazo de un lado al otro.

Finalmente me levant茅, le agradec铆, tom茅 mi saco y cerr茅 aquella puerta, sabiendo que detr谩s de aquel cristal trasl煤cido s贸lo habr铆a quedado un trozo de venda, dos algodones, una enfermera y la promesa de regresar al d铆a siguiente鈥



SCARLETT ORTEGA es una escritora en formaci贸n en Zacatecas.

Las opiniones expresadas por el autor no reflejan necesariamente el punto de vista de MOBILNEWS.MX

M谩s art铆culos del autor

Contenido reciente