Abrázame, abrázame antes de que se me desarme el cuerpo y se me desborde el alma como se desbordan los rÃos, pero no alegues haber vaciado tus rÃos para llenar los mÃos, pues al final de esto los tuyos seguirán igual de llenos y los mÃos… los mÃos tal vez un poco más vacÃos.
Ahora te suplico ¡No te quedes!, no te quedes porque me queda tan poco, que si te quedas me quedaré sin nada para que todo te lo quedes tú.
No me detengas, no me guardes, no lo hagas para que no me apagues, por favor permÃteme correr como corre el agua del Nilo, y si me vas a acompañar mantente en ese filo y márchate, hazlo antes de que desemboque el rÃo.
Si te vas… si te vas recuerda que los rÃos llenos, llenos podrán siempre estar, pero los vacÃos aquellos como los mÃos, somos hijos del milagro cuando nos volvemos a llenar.
Mientras tanto déjame recostarme a tus orillas a ver la vida pasar, como un niño al pasto bajo un cielo estelar viéndote asÃ, asà imposible de frenar, porque aunque sumerja mis diez dedos completos jamás te contendrán, porque la corriente nos grita que asà siempre será, y yo la seguiré porque me prometió que algún dÃa me mostrará tu final.