Y crece la lista de sectores sociales que le sugieren a AMLO que ya no haga tantas pendejadas. Los pueblos indígenas tampoco quieren dictador, pero esto no es novedad.
Recuerdo cuando AMLO hizo una consulta a la Madre Tierra, con chivo y gallina prieta, para saber si le autorizaba el Tren Maya. Según AMLO, la Madre Tierra le dijo: “Has lo que te dé tu chingada gana, corazón”; pero según los grupos de indígenas chiapanecos, la Madre Tierra no habla, pero suponían que, en caso de que hablara, le diría la Madre Tierra a
AMLO: “Chingas a tu madre”.
Lo que sí es novedad, es que la UNAM se rebele. De algún modo los grupos académicos fueron fortaleza de AMLO y Morena. Algunos pensaban, y otros más tercos lo siguen pensando, que finalmente había triunfado la Revolución Socialista.
Vivimos el chusco contrasentido, ante nuestros atónitos ojos, de ver a una masa de personas brillantes, inteligentes, no pocas con galardones académicos, seguir apacibles, dóciles, sumisos, a críticos, negando con su conducta su propia naturaleza, a un hombre con claras limitaciones intelectuales y muy pocas luces, repitiendo un ininteligible mantra: “Es un honor, estar con Obrador; es un honor estar con Obrador, …..”, y así hasta el desdoro y la ignominia.
¡Pero finalmente hoy!, a unos cuantos días de que concluya el gobierno más pendejo de la historia de México, se escucha el vocerío juvenil que nos invita a aguantar: ¡México, aguanta, la UNAM se levanta!
¿Qué podemos decir? De los mexicanos que éramos la mayoría ahora son zombis; caminan, agradecidos, a un abismo, repitiendo su mantra, es un honor…..
Pero todavía quedamos algunos, que damos la bienvenida a los jóvenes que ahora despiertan; y les decimos que la espera nunca es larga si al final la dicha llega, que estamos heridos pero no derrotados.
¡Aquí aguantamos UNAM! ¡La luz del conocimiento verdadero siempre triunfa ante la oscuridad de la ignorancia!
Una vez más, ¡nos la van a pelar!
