Anoche reportamos la tendencia al alza en la percepción, como el principal problema de México, de la corrupción. La lógica simple sugería que, como consecuencia, AMLO, Sheinbaum y Morena también tuvieran alertas negativas. ¡No fue así!
Esperábamos que Xóchitl, amenazada con ver demolida su casa, y cobijada por muchas familias mexicanas que le ofrecieron la proverbial generosidad de “mi casa es tu casa”, registrara alertas positivas en el Top of Mind y en la correlación de fuerzas. ¡Tampoco fue así!
¿Porqué la dinámica política ya no funciona como antes? Moisés Naim y otros nos lo explican: durante estos cinco años se ha instaurado un gobierno 3P; esto es, populista, polarizante y donde reina la posverdad.
En consecuencia, el ya complejo fenómeno político se hace aún más complejo. Y por tanto más lejos del limitado alcance de los estrategas y analistas políticos, que siguen aferrados a la propaganda y a sus fantasías.
Las fuerzas que impulsaron el fenómeno Xóchitl, para imponerla como candidata del Frente Amplio por México, parecen insuficientes para hacerla competitiva frente a Claudia. La ingeniera Xóchitl debe entender que, en política, también aplica la Ley de Hooke.
Lo mío no es la presciencia; ni puedo ver ni me interesa ver el futuro, pero si veo claramente que, la ruta que lleva Xóchitl, conduce a la derrota.
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