Hoy es d铆a de nuestros Santos Difuntos. La muerte est谩 con nosotros desde que adquirimos conciencia de la vida; sabemos que llegar谩 para nosotros y para nuestros seres queridos.
Las personas de fe tienen m谩s herramientas emocionales para procesar la p茅rdida de un ser amado; quienes tenemos fisuras en la fe por razones ideol贸gicas, o por seguir como gu铆a para llegar a la verdad a la Duda Met贸dica de Ren茅 Descartes, encontramos m谩s dificultades para recorrer las estaciones del duelo de negaci贸n, rabia, negociaci贸n, depresi贸n y aceptaci贸n.
Hoy vivimos en tiempos de morir. Nunca como ahora, despu茅s de la Revoluci贸n Mexicana, hab铆amos tenido tan presente a la muerte; la llevamos en nuestras alforjas.
Ya es muy dif铆cil encontrar a alguien que no haya perdido a un ser querido por alguna de las calamidades actuales, destacando entre ellas la pandemia de COVID y los homicidios dolosos. Y aunque no se destacan mucho, las muertes por infartos o suicidios derivados de la crisis econ贸mica y el impago a proveedores, en especial a los de los gobiernos.
No pocos dolientes est谩n anclados en la etapa del duelo de la rabia, y abrigan sentimientos de venganza contra los responsables de atender la pandemia, la seguridad p煤blica y la econom铆a (en Brazil amenazan con llevar a prisi贸n a Ja铆r Bolsonaro) y aqu铆 Lily T茅llez desea ver en la c谩rcel a Hugo L贸pez-Gatell, y destituido a AMLO. Son una parte de los polarizados.
Ya veremos de qu茅 modo impacta este exceso de luto en la lucha por el poder y en las veleidades de La Muchacha.
Por lo pronto toca recordar a nuestros muertos. Visitar el ahora sobrepoblado pante贸n de nuestras almas; detenernos en cada cruz para recordar un beso, un abrazo, una broma, una caricia, un te quiero. Y esperar esta noche al sue帽o, suplic谩ndole el regalo de volver a 鈥渧er鈥, de volver a sentir, a quienes nunca dejaremos de amar.
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