Pérez Dayán: Ministro de los mexicanos

Rogelio Ríos

MIRADA AL MUNDO
La propuesta de López Obrador equipara al magistrado de la Corte como un senador o diputado más que, en México, se subordinan abyectamente por lo general a sus partidos o al presidente de la República.

09/02/2024

Aunque muchos mexicanos disfrutaron el día 5 de febrero como el último del primer “puente vacacional” del año, los adictos a las noticias no pudimos dejar pasar un evento de la mayor importancia para la política nacional: además de otra barbaridad presidencial y las notas sobre homicidios y masacres cotidianas en México, me refiero al discurso del Ministro Alberto Pérez Dayán en Querétaro.

Dejaré, por el momento, la barbaridad presidencial (el anuncio teatral de un paquete de “reformas” a la Constitución hecho en Palacio Nacional) y las masacres (cuatro choferes de transporte público asesinados en Chilpancingo, Guerrero, por ejemplo), para concentrarme en las palabras del Ministro Alberto Pérez Dayán en la ceremonia del 107 aniversario de la Constitución mexicana de 1917.

Ante la notoria ausencia del presidente López Obrador, Pérez Dayan hizo una defensa magistral de la tarea de la Suprema Corte ante la nación y del papel central de nuestra Constitución como factor de estabilidad política ante los desbordamientos de los poderes Legislativo y Ejecutivo.

Comparto con ustedes algunos fragmentos de su discurso en Querétaro:
1) “Defender a la Constitución es defender al pueblo mismo, aunque no siempre se quiera atender así. Duele escucharlo, lo sé, pero más doloroso sería dejarlo pasar”.
2) “Hacer cumplir la ley es uno de los actos democráticos más genuinos del servicio público”.
3) Recordó las palabras de Paulino Machorro y Narváez, diputado del Congreso Constituyente en 1917: “El magistrado no es igual al diputado o al senador: el magistrado es radicalmente distinto; él no va en el ejercicio de sus funciones a representar a la opinión pública; no va a representar a nadie; no lleva el criterio del elector, sino que lleva el suyo propio; simplemente se le nombra como persona en la cual se cree que se reúnen ciertos requisitos indispensables para llenar una función social; El magistrado tiene que obrar en su función precisa, obrar quizá hasta contra la opinión de los electores... La esencia misma de la magistratura es muy distinta de la función social que ejerce el representante político... Hay que alejar al Poder Judicial de la política y no arrojarlo al fondo de ella, para que no resulte un juego de pasiones”. (Fin de cita de Paulino Machorro).
4) “Militancia y Judicatura no son afines”.
5) Sobre los tres poderes de la Unión presentes en el evento: “aquí ninguno es más democrático que el otro”.
6) “La Constitución Federal que hoy se conmemora dio a la Suprema Corte de Justicia de la Nación las facultades suficientes para invalidar cualquier acto que no la respete, independientemente de la fuente de la que provenga, electa o no electa, sin distinción alguna”. 
7) “EL Poder Judicial de la Federación cumple su cita y da cuenta puntual de su encomienda con independencia, con autonomía, con honradez, con imparcialidad, libre de remordimientos y siempre comprometido con su vocación democrática. No lo duden. Que viva la Constitución Federal”.

Contra la “Ministra del Pueblo” (como se denominó arrogantemente Lenia Batres), apareció el “Ministro de los mexicanos”, como yo ubicaría a Pérez Dayán y su defensa fiera de los magistrados de la Suprema Corte y de la Constitución federal que, en esencia, es una defensa de la democracia amenazada por el presidencialismo desbordado de López Obrador.

La propuesta presidencial de elegir por voto popular a los Ministros de la Suprema Corte, a magistrados y jueces de los tribunales, es contraria a las mejores prácticas internacionales y equivocadamente equipara al magistrado como un senador o diputado más que, en México, se subordinan abyectamente por lo general a sus partidos o al presidente de la República.

Esa confusión la señala Pérez Dayán como un error al afirmar que “hay que alejar al Poder Judicial de la política” como condición necesaria para que ejerza sin presiones su función de hacer respetar la Constitución, es decir, la Ley Suprema de México.

Si una bandera se necesita para llamar a votar al mayor número de mexicanos el 2 de junio es la defensa de la Constitución y la separación de poderes que brillantemente expuso el Ministro Alberto Pérez Dayán en el evento que celebró el aniversario de nuestra Constitución, la de todos los mexicanos, y en el cual fustigó la intención de controlar políticamente al Poder Judicial.

Los legisladores en el Congreso de la Unión y el Senado de la República tienen la palabra: ¿estarán a la altura de la Constitución?

Rogelio.rios60@gmail.com



ROGELIO RÍOS estudió Relaciones Internacionales y es periodista de opinión sobre México y el mundo.  Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de Mobilnews.mx.

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