No es un juego de siglas y fechas el que intenté en el título de esta colaboración, sino la expresión de una certeza que me deja la lectura del espléndido libro de la periodista Icela Lagunas: el derrumbe trágico de la Línea 12 del Metro de la CDMX (LM12) o "Línea Dorada", como pomposamente se le nombró, será un tema decisivo en las campañas electorales presidenciales del 2024.
Dos de los principales precandidatos presidenciales mencionados en encuestas y medios de comunicación forman hoy parte del gabinete del Presidente López Obrador, pero en su momento fueron Jefes de Gobierno de la CDMX (Marcelo Ebrard) o están actualmente en el cargo (Claudia Sheinbaum).
La obra de Icela ("Línea 12. Crónica de una tragedia anunciada". México: Editorial Planeta, 2021) es, en realidad, dos libros que se leen en paralelo y se complementan: uno, la crónica periodística de la construcción de la obra y su condicionamiento al ciclo político del gobernante en turno: quien la construyó (Ebrard), quien la recibió en 2012 (Miguel Ángel Mancera) y quien, a su vez, la recibió en 2018 de Mancera: Claudia Sheinbaum; otro, la voz de las víctimas y sobrevivientes.
La visión de Icela es amplia y logra un buen equilibrio en ese delicado ejercicio del deslinde de culpas y responsabilidades en donde se entrecruzan los hallazgos periodísticos (revisión de contratos, minutas de reuniones, comparecencias ante legisladores, etcétera) con los testimonios judiciales. Además, agreguemos a ello el papel de constructores y fabricantes de los trenes y la magnitud de la obra medida en miles y miles de millones de pesos, en contratos asignados sin licitación, en cambios de último momento de trazo y equipamiento de trenes, y tendrá ante usted una madeja de hilo completamente enredada.
La periodista, sin embrago, no se queda ahí, que hubiera sido suficiente para justificar su libro. Se dio Icela a la tarea difícil y frustrante (por la reticencia de muchos sobrevivientes y familiares de víctimas a ser entrevistados) de hablar con quienes fueron directamente afectados esa noche del 3 de mayo de 2021 y a quienes casi no tuvimos oportunidad de escuchar más que fugazmente en las noticias de esos días.
Con paciencia, empatía y persistencia de buena reportera, Icela logró ganarse su confianza y recoger sus palabras y angustias. Esos testimonios habían quedado sepultados no sólo bajo los escombros de los trenes y el cemento y los rieles derrumbados, sino bajo la montaña de demagogia, evasión de responsabilidades, acusaciones mutuas y burocracia y más burocracia de las autoridades políticas de la CDMX y de la administración de justicia.
"Este libro surgió por la necesidad de dar voz a las víctimas, toda gente muy pobre: obreros, personas trabajadoras, quienes por necesidad se subieron a ese tren, a pesar de que se sabía de sus fallas y del peligro que representaba. Por ellos, que ya no pudieron regresar a sus casas", escribe Icela.
A menos de un año de la tragedia, a pesar de la magnitud de la misma, el tema ha vuelto a quedar sepultado, ahora bajo el peso del discurso oficial que, simplemente, lo ignora. Desde las conferencias matutinas del Presidente López Obrador hasta las conferencias de prensa diarias de la Jefa de Gobierno Sheinbaum, no se habla más del asunto y la LM12 sigue cerrada a los usuarios del sector oriente de la CDMX, el más pobre de toda la metrópoli.
"La guerra de los alfiles presidenciales", como reza el título de un capítulo del libro, inició en la noche misma de la tragedia. Aunque soterrada en lo que va del 2022, solamente aguarda el momento de saltar de nuevo al foro principal.
No se inclina Icela Lagunas por uno u otro bando, no reparte culpas a conveniencia. Su rigor periodístico y honestidad intelectual le impide hacerlo. Señala, eso sí, los puntos oscuros, las decisiones inexplicables y la actitud de políticos que no quisieron escuchar a los expertos que advertían sobre los riesgos de la LM12; agrega al relato el papel oscuro y convenenciero que jugaron las empresas constructoras y socios extranjeros, sus cabilderos y empresarios de la talla de Carlos Slim. Con todos esos elementos, uno mismo como lector saca sus propias conclusiones.
Mi conclusión es la siguiente: en cuanto arranquen las precampañas y campañas para la Presidencia del 2024, el tema de la "Línea Dorada" será el asunto decisivo para tumbar a uno u otro candidato y quizá judicializar (con investigaciones criminales, órdenes de arrestos, etc) la lucha entre "alfiles". Va a estar muy feo.
"Mientras tanto", escribe Icela, "allá en Tláhuac, Iztapalapa y Chalco miles de trabajadores han retrocedido en el tiempo. Se enfrentan a trayectos interminables y a varias horas perdidas en el transporte público para llegar a sus centros de trabajo y volver a sus casas… otra vez rezan antes de subirse a un microbús para no ser asaltados… otra vez pasan tres horas de camión en camión, apretujados o de pie".
Si la "Línea Dorada" dio lugar a una "casta dorada" en la política mexicana, se avizora su derrumbe en 2024.