Por coincidencia, terminé de leer “El Gran Corruptor”, el reportaje recientemente publicado por Penguin Random House de la autora Elena Chávez sobre Andrés Manuel López Obrador y su gobierno, cuando se conmemora el Día Internacional Contra la Corrupción (7 de diciembre), lo cual fue una atinada circunstancia.
Profundo en su búsqueda, bien documentado y sin escatimar los señalamientos de corrupción con nombres y apellidos de funcionarios del gobierno de López Obrador que todavía están en sus cargos, el libro refleja la madurez de una periodista de investigación que domina el oficio y, por otra parte, el coraje de presentar esta denuncia pública sin temor a las represalias de los funcionarios señalados.
Recordemos que México es considerado el país más peligroso para ejercer el periodismo fuera de una zona de guerra, según las organizaciones Reporteros Sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa. Los asesinatos de periodistas y la presión en contra de los medios de comunicación dan buena fe de ello.
Entonces, que Elena Chávez haya publicado ya dos libros, el anterior “El Rey del Cash” y el actual “El Gran Corruptor”, señalando el alto nivel de corrupción del presidente López Obrador, su familia y su gobierno, la pone en una elevada situación de riesgo para su persona.
“Los libros denunciando a un presidente y sus acciones habitualmente se escriben y publican hasta el siguiente sexenio, ya a salvo de la ira y represalias que puedan surgir desde el poder”, nos dice Sergio Negrete Cárdenas en el prólogo.
“Elena Chávez tiene el arrojo de denunciar a AMLO mientras es presidente”, concluye.
A lo largo de 21 capítulos, Elena expone casos de corrupción (¡21 casos al menos!) en el entorno personal y en el gabinete de López Obrador que son emblemáticos de su sexenio. Lo hace recurriendo a testimonios y pruebas documentales que muchos servidores públicos o víctimas de funcionarios lopezobradoristas le hicieron llegar, después de la publicación de “El Rey del Cash”, para ampliar su perspectiva.
El resultado es un recorrido -a la vez fascinante y deprimente- por las prácticas corruptas de la familia y los colaboradores de alto nivel de López Obrador que ponen en evidencia un patrón de conducta bien establecido para la recaudación de dinero ilícito.
El caso que Elena desarrolla al final del texto sintetiza la avidez por el dinero y la traición a la promesa empeñada en campaña por López Obrador de no permitir corrupción en su gobierno: el manejo de la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores.
La comprobación documentada que cuidadosamente presenta Elena, apoyada por un equipo de investigadores, revela un presunto desvío de fondos públicos multimillonario: por ejemplo, entre enero y junio de 2022 se destinó un presupuesto de 159 mil 491 millones de pesos para el programa, pero los pagos de pensiones fueron por 117 mil 784 millones de pesos, ¿Qué sucedió con el dinero no ejercido?
“Sólo en el primer semestre de 2022”, nos dice Elena, “se identificó un ‘sobrante’ de más de 41 mil 706 millones de pesos que, siguiendo instrucciones de la titular de la Secretaría del Bienestar, Ariadna Montiel, se desviaron hacia una partida secreta que, según la ley, no debería existir”.
La Pensión del Bienestar “se ha convertido en una fuente de recursos opaca, un agujero negro en el que el dinero público parece destinarse a cientos de miles de beneficiarios que ni siquiera existen, posiblemente incluso rozando el millón de personas ficticias”, agrega la autora.
Concluye de manera contundente afirmando que “hay que escribirlo con todas sus letras, López Obrador ha cometido peculado con los adultos mayores, ya que hay evidencia de malversación de fondos públicos”.
Elena firma lo anterior, no olvidemos, poniendo en el libro la culminación de su esfuerzo periodístico, sufriendo acoso judicial en la procuradora de la CDMX, y arriesgando su vida.
No fue tal vez coincidencia que yo terminara de leer “El Gran Corruptor” en el Día Internacional Contra la Corrupción, sino una buena señal: la corrupción del presidente y su gobierno se muestra, al fin, a golpe de luchas periodísticas y de la sociedad civil por la transparencia y la rendición de cuentas.
Concuerdo con Elena: “Como mexicanos, no debemos olvidar los años de esfuerzo, lucha y sacrificio, incluso la sangre derramada por compatriotas, destinados a construir instituciones fuertes que este hombre (López Obrador) ha ignorado y desmantelado con total desfachatez”.
Posdata: Feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de bienaventuranzas, nos vemos el 5 de enero de 2024.