Una de las crÃticas que más se escucha en torno a Claudia Sheinbaum, consiste en afirmar que es un clon de AMLO, que solo repite lo que este dice y que seguramente será él quien mantenga el mando durante el próximo sexenio. Hay quien dice también, ante los alegatos de que por ahora no es posible para la futura presidenta romper con López Obrador debido a que aún no asume el poder y que, aún asumiéndolo formalmente, le llevará un tiempo hacerse con el liderazgo real, que es tiempo de aceptar literalmente sus declaraciones. Lo cual no toma en cuenta que, si fuese un clon de Andrés Manuel, estas no pueden tomarse como verdaderas, ahà están tantas y tantas declaraciones presidenciales que no tienen nada que ver con la realidad.
Pero, supongamos por un momento que efectivamente Sheinbaum es un clon, insisto y subrayo solo es una suposición, ¿qué implicarÃa en la realidad el que la futura presidenta sea un clon de Andrés?
En principio quizá se haga referencia a la forma en que ella repite los mantras que han resultado tan eficaces al presidente tanto durante su mandato como en su largo peregrinaje en busca del puesto que actualmente desempeña. Quizá deberÃamos preguntarnos el por qué deberÃa de dejar de usar esas frases, que no ideas, si han sido tan eficaces, máxime cuando muchos coinciden en que Sheinbaum carece del carisma y el mando sobre las tribus morenistas que tiene aquél.
Por ahora, a Sheinbaum le conviene plegarse al lÃder de su movimiento, no tiene la fuerza para enfrentarlo, tampoco los recursos, quizá más adelante pudiera ser el momento en caso de que quisiera efectivamente romper con él, pese a sus declaraciones en el sentido de que no habrá rupturas, ni traiciones.
Pero si Claudia fuese un clon polÃtico de Andrés, entonces tendrÃamos que ver si efectivamente el serlo implica de alguna manera seguir la forma de hacer polÃtica tal y como la hace AMLO: deshaciéndose de aquellos que lo apoyaron durante su trayecto, como lo hizo con sus mentores y apoyadores, entre ellos y solo por nombrar algunos, Marcelo Ebrard que lo apoyó desde que era el segundo de a bordo de Manuel Camacho en el entonces DF, o con Cuauhtémoc Cárdenas que lo llevó al liderazgo del PRD, o en otro sentido, con Ernesto Zedillo que avaló su llegada a la jefatura de la ciudad de México pese a no cumplir con los requisitos legales para ello. O deshaciéndose de los vehÃculos que le permitieron llegar a donde está: el PRI y el PRD.
Si ese fuese el caso, entonces ¿por qué hablar de que, Claudia Sheinbaum, siendo un clon de AMLO, no se deshará de él?
La verdad es que las crÃticas a Sheinbaum quizá deberÃan ser más apegadas a los hechos, en este caso a la forma en que gobierne una vez que asuma la presidencia, criticarla pensando en un deber ser que no necesariamente coincide con lo que ella piensa o suponemos que piensa, considero que no tiene mucho sentido.
Es ya un hecho, salvo que suceda una tragedia, que ella será la presidenta a partir de octubre, asà es que, estar debatiendo ahora si hará o no hará esto o aquello durante su mandato, creo que no tiene por ahora un sentido práctico, solo especulativo.
No se trata siquiera de dar el beneficio de la duda, es lo que hay, ella será la presidenta y si, como algunos suponen, será un clon de AMLO, pues habrá que criticarla cuando ello suceda, no antes.
Al final de cuentas, ¿en qué beneficia a los ciudadanos estar debatiendo acerca de algo que todavÃa no sucede, cuando tenemos enfrente un tema más importante como lo es el de la sobrerrepresentación?
Ahà sÃ, agárrese, porque septiembre pinta para ser todo un vuelco en la forma en que hasta ahora nos hemos conformado como nación, lo otro, todavÃa ni siquiera se sabe si sucederá o no y esto quizá, solo quizá, todavÃa pueda evitarse, pese al favor que, dice Enrique Quintana, le hizo la marea rosa al INE y al TEPJF al mostrar la poca capacidad de convocatoria que exhibió el pasado domingo.