Una y otra vez podemos leer a los más renombrados analistas del país decir que López Obrador debería seguir una ruta menos polarizada en su quehacer político, aseguran quienes eso dicen, que así el país estaría mejor.
Siendo sinceros creo que una apreciación de este tipo surge de una postura que tiene que ver más con un “deber ser” que solo existe en la mente de tales analistas, no creo que alguien tenga la respuesta a todas las preguntas que el ejercicio del poder presenta.
Si tuviéramos que analizar los hechos y dichos del presidente, lo más probable es que nos diéramos cuenta de que no es que el presidente no entienda lo que puede significar un país unificado, llama a la unificación cada ocasión que lo considera necesario, sino que prefiere uno polarizado en virtud de sus prioridades.
Para AMLO, no cabe duda de que la prioridad no es gobernar para la mayoría de los mexicanos, sino para su feligresía, ya que gracias a ello puede mantener el poder en las próximas elecciones, de eso se trata, no de generar tales o cuales condiciones socioeconómicas.
Mantener el poder es el objetivo y él considera que lo logrará polarizando.
Tiene lógica, desde su perspectiva, polarizar, ya que sabe que su base electoral hará lo posible por votar, ya que al hacerlo mantendrá lo que tiene, es decir, las dádivas que le otorga el gobierno. No hay mejor forma de enganchar a un jugador que dándole un premio y, con él, la esperanza de que su suerte continuará.
También desde esa perspectiva, se presume que quienes no están de acuerdo con él, no presentarán un frente opositor, como el BOA que denunció en una de sus mañaneras, así que, qué mejor estrategia que pulverizar aún más a esa oposición por la vía de acusarlos de estar trabajando en un complot en su contra.
No, no se trata de sacar al país de una crisis que, además, él no quiere ver por ningún lado, se trata de ganar las próximas elecciones y en esto está, preparándose para triunfar.
Así que, harían bien los analistas en dejar de prescribir lo que debería o no hacer AMLO y analizar lo que está haciendo, creo que por eso el presidente se ríe. Si fuera futbol y analistas deportivos estuvieran viendo el partido, dirían que los analistas corren tras el balón, en lugar de hacer correr el mismo.
POSDATA
Hace muchos años, cuando recién había dejado mi incipiente carrera académica para dedicarme a otras tareas, algunos amigos me preguntaron cómo era tratar de entender la política viniendo de la academia.
A manera de broma les comenté que era lo mismo, establecías tus hipótesis buscabas datos que las falsaran y sacabas conclusiones, todo igual, la diferencia estaba en el paso final, una vez que llegabas a las conclusiones apostabas que los políticos iban a hacer lo contrario.
Pues en estas épocas parece que la broma se está convirtiendo en realidad, así que ¡aguas con el guardián!