Seguramente usted, ha escuchado o visto el insistente mensaje en el cual el gobierno del estado nos conmina a ser “ciudadanos de 100”, refiriéndose a que gastemos solo 100 litros de agua al día, incluyendo en ellos los necesarios para nuestro aseo personal cotidiano. El mensaje implícito en este anuncio, es que no tenemos mucha agua y que debemos cuidarla, de lo contrario se puede presentar una crisis como la del año anterior.
El mensaje nos dice que el calor no es pretexto, que ellos, quienes trabajan en gobierno, están haciendo todo lo posible por terminar el segundo acueducto a “El Cuchillo”, así como también lo necesario para concluir la presa “Libertad”.
Hasta ahí todo bien. Sobre todo cuando al inicio de esta tercera ola de calor el director de Agua y Drenaje de Monterrey, AyD, nos advirtió, a través de un mensaje colgado en sus redes, que cada segundo ellos bombeaban 17 mil 500 litros de agua de las presas y pese a ello no podían cumplir con la demanda que se estaba presentando, por lo cual solicitaba que tuviéramos cuidado y nos conminaba a no gastar tanta agua.
Insistimos, hasta ahí todo bien, mensajes congruentes, entendibles y por ello es por lo que desconcierta que sea precisamente el director de AyD quien ahora nos venga a decir que se permitirá el uso de albercas debido precisamente al calor, ese que no debería de ser pretexto para elevar el consumo de agua. un muy mal mensaje en estas circunstancias.
Parece que se nos olvidaron las lecciones que nos dejaron tanto la pandemia del Covid-19 como la propia crisis de agua que tuvimos durante 2022.
Los seres humanos tendemos a intentar controlar nuestro entorno aunque sea en una forma falsa, es decir, construimos teorías acerca de lo que sucede a nuestro alrededor y nos sentimos más seguros cuando creemos entender lo que está sucediendo, por ello triunfan hasta las teorías conspiranóicas más esperpénticas, porque nos dan un falso sentido de seguridad: “sabemos lo que está sucediendo aunque quieran ocultárnoslo”.
Recuerde el extraño caso de cómo la gente, en cuanto se decretó la pandemia se volcó a las tiendas de autoservicio a comprar papel de baño ¿para qué? nadie supo explicarlo completamente, pero el caso es que este producto fue prácticamente saqueado de las tiendas para posteriormente convertirse en motivo de memes en los que la propia gente se burlaba de su reacción.
Sucedió con la cerveza también, con los horarios de transporte, que al ser recortados la gente salió a la calle a otras horas, porque tenía “algo” que hacer en la calle, en fin, son lecciones que deberíamos haber aprendido, más quienes trabajan en gobierno.
Y la lección es muy sencilla, no hay que presentar fisuras en la información o en las acciones gubernamentales en momentos de crisis.
Por eso es, sin lugar a duda, una muy mala señal, un mal mensaje lo de las albercas, no por su uso en sí, sino porque, aunque Juan Ignacio Barragán, desde nuestra perspectiva manejó de manera bastante adecuada la crisis anterior y ha sido congruente con sus mensajes posteriores, con sus peticiones de cuidar el agua, no puede decir ahora que está bien que se usen las albercas pero que no se tome más de un baño al día, que mejor se use un trapito mojado en la nuca.
Ese envía un mensaje oculto o al menos hace que las personas se pregunten ¿qué está pasando en realidad?, ¿por qué apenas hace unos días nos decían que no se iban a poder cubrir la demanda y cabía la posibilidad de una nueva crisis hídrica? y ¿por qué de pronto, con el pretexto que no era pretexto, nos dan una versión distinta de la situación?
Quizá tiene razón Barragán, es un técnico que le sabe al tema, pero parece que, por lo menos en esta ocasión, no supo comunicar lo que quería y abre la puerta para que se piense que algo raro hay en esta nueva postura
Ojalá que no se eche a perder el trabajo de muchos meses por una decisión que, se quiera o no, parece señalar que si bien todos somos iguales, hay algunos más iguales que otros.
Barragán debería continuar con su trabajo serio y no empezar a realizar malabares con las palabras, porque si hace unos días dijo que así no se podía, con el consumo que se estaba presentando, no puede decir ahora que este está garantizado por lo menos para este verano y “un poquito más”, el suficiente para que se llenen las albercas.
No es momento de relajar la disciplina, ni de ser incongruentes, menos de enviar mensajes contradictorios ni de olvidar las lecciones que apenas hace unos meses nos enseñaron las crisis por las que hemos atravesado.
