Dicen que en política no hay coincidencias. La ciencia dice que el cerebro busca patrones hasta donde no los hay, así que… digamos que puede haber coincidencias, aunque no lo creamos.
Hoy coincide que, ante la peor crisis económica de que se tenga noticia, se presenta la posibilidad de indiciar no solo a un exsecretario de estado, sino a un expresidente y junto a él a toda una clase política con la que pactó.
Corrupción es la palabra clave. Emilio Lozoya Austin, hijo de un cercano excolaborador y amigo de Carlos Salinas de Gortari, el innombrable por aquello de las coincidencias, viene extraditado a México a colaborar con las autoridades para esclarecer algunos casos en que habría habido corrupción en las altas esferas políticas del país.
Sobresale el caso Odebretch, en el cual estarían involucrados no solo el expresidente Peña Nieto, sino varios de sus cercanos colaboradores como Luis Videgaray y hasta posiblemente José Antonio Meade, quien por cierto durante un debate pidió al actual secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, que aclarara si era o no socio de Odebrecht en el tiempo en que se dieron los hechos.
También se destapará el caso de la compra de Agro Nitrogenados, filial de AHMSA, en la cual se habrían perdido unos 4 mil millones de pesos y, no menos importante, los supuestos sobornos a personajes de distintos partidos políticos para que aprobaran la reforma energética, que, otra coincidencia, cuando fue votada encontró a López Obrador en el hospital víctima de un infarto, aunque nunca se aclaró este hecho a ciencia cierta.
Muchas coincidencias pues también coincide esta colaboración de Lozoya con la detención de César Duarte en EUA, el día en que AMLO visitaba ese país. Ya ve usted cómo, diría Rubén Blades, la vida te da sorpresas.
Y una coincidencia más, sucede que todo este proceso se dará en tiempos del proceso electoral de 2021, en el cual se disputa la renovación de la Cámara de Diputados, una instancia importantísima para continuar con las reformas de la 4T. Mire usted lo que son las cosas.
En fin, que no queremos pecar de sospechosistas, mucho menos de ver coincidencias donde no existen, por más que el cerebro busque patrones hasta donde no los hay.
Lo único que queremos señalar es que, tal como la pandemia, las coincidencias que hoy se presentan le vienen a la 4T como anillo al dedo, AMLO dixit.
Así que no sería coincidencia que el próximo año la Cámara de Diputados continúe en manos de una mayoría de Morena, el problema para este partido será ver si no se balcaniza, ya que todas las tribus que existen en su interior comenzarán a coincidir en sus intentos por encabezar el proceso de 2024.
Mire usted, ¡qué coincidencia!